Después dándole vueltas y pensando que el chico lo tiene que presentar en clase, se me ocurrió que sería una buena idea que lo acompañara con unas torrijas típicas de estas fechas, así seguro que la exposición es mucho más amena y relajada para sus compis y para él mismo.
Y ahí mami se arremangó de nuevo y se puso manos a la obra. El caso, y no sé si os lo vais a creer, pero jamás las había preparado, y se me pasó por la cabeza que muchos niños son un poco especiales con esto de los dulces y me planteé hacerlas de una forma diferente.
Ya había visto en algunas webs americanas cómo usaban el Angel Food Cake para sus tostadas francesas (que vienen a ser como nuestras torrijas), bueno y también loaf cakes y más cosas, pero como el Angel Food es una de nuestras debilidades en casa, pues era la excusa perfecta para volver a usarlo para otro invento.
Y aquí lo tenéis, la receta del Angel Food Cake la tenéis pinchando en este link, y lo único que nos quedaría sería cortarlo en rebanadas y convertirlo en torrijas.
Ingredientes:
* Un Angel Food Cake cortado en rebanadas de unos dos centímetros de grosor.
* 4 huevos.
* 300 ml. de nata para cocinar (imagino que se puede usar igual la de montar, pero yo usé ésta).
* Una pìzca de nuez moscada.
* Dos cucharaditas de canela en polvo.
* Una cucharadita de extracto de vainilla.
* Mantequilla para freír.
* Azúcar y canela para rebozar.
Preparación:
- Batimos juntos los huevos, la nata, la nuez moscada, la canela y el extracto de vainilla.
- Pasamos nuestras rebanadas de bizcocho por esta mezcla, asegurándonos de que queda lo más empapado posible, no tengáis miedo a que absorba demasiado, debido a la textura del Angel Food, no lo hará.
- Y freímos nuestras torrijas en la sartén, pero en esta ocasión habiendo derretido previamente una pequeña cantidad de mantequilla en la misma. Como algo más de un minuto por cada lada, a fuego medio, hasta que se vean doraditas.
- Una vez apartadas las colocamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
- Y para terminar, las rebozamos en una mezcla que habremos preparado con anterioridad con azúcar y canela. La verdad que pensé en usar un sirope de arce a modo de miel, pero mi hijo con toda la razón, me dijo que probablemente a los chicos les gustaran más con azúcar.
Como veis, no es más complicado que unas torrijas clásicas de toda la vida, quizá un poco más trabajoso por lo de preparar el bizcocho antes, pero el resultado es alucinante. Como hice muchas, llevé unas cuantas a mis niñas al trabajo y triufaron como "los chichos", esponjositas, ligeras y nada empalagosas.
Pues ésto es todo por hoy, espero que paséis un buen finde, que por aquí abajo hace bueno y hay que disfrutarlo. Besotes.