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José Luis González Vera
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José Luis González Vera
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Alberto González Vázquez
Bio-bibliografía
Málaga (1965). Es Licenciado en Filología y realizó su Memoria de Licenciatura sobre Antón de Montoro, poeta satírico judeoconverso del siglo XV.
Obtuvo el primer premio de la Muestra de Literatura Joven del Ayuntamiento de Málaga, por Tres prosas domésticas y un relato para andar por casa. Ha publicado poemas, relatos y artículos en revistas de España, Suecia, Dinamarca e Hispanoamérica (Litoral, Tediria, Puente de Plata, El maquinista de la Generación…). Sus poemarios hasta el momento son: 56 versos (Antología Porosa) (Málaga, 1984), La dulce faena (Málaga, 1989), Igual desarreglo (San Roque, Cádiz, 1995) y Múltiplos de uno (Málaga, 2003). En 2006 consigue el segundo premio del I Concurso de haykus convocado por Renfe Cercanías.
Ha publicado cuatro novelas cortas: Fuera de juego (Madrid, 2000), La mar en medio, (Madrid, 2000), El camarero de la Séptima Avenida (Madrid, 2003) y El viento de levante (Madrid, 2003). Está incluido en la antología de la literatura española Espacios (Editorial Systime, Aarhus, Dinamarca, 2003).
En 1999 estrena en Jerez de la Frontera el texto teatral y las canciones del espectáculo de danza Flamenca. En 2005 es director, autor de texto y banda sonora de La razón de la sinrazón. Más tarde escribe La última partida de Mozart (2006) y El círculo verde (2009).
Ha colaborado como guionista de cortometrajes (Escamas de caballa, Premio del Público del Festival de Cortometrajes de la Diputación de Málaga, 2007). Es guionista y director del cortometraje Ese maldito yo. Ha publicado en Internet una serie de vídeo-haykus. Es bajista del grupo “Talycual”, que actuó en junio de 2008 tras 25 años de silencio. También es compositor, intérprete y editor del disco en solitario Escarceos y simulacros (edición no venal). Desde 2007 regenta el blog Monte Coronado (http://montecoronado.blogspot.com/).
NOTAS PARA ALGÚN DÍA LEJANO ACOMETER LA CUESTIONABLE TAREA DE IMITAR A ARISTÓTELES, HORACIO O BOILEAU Y PERGEÑAR UNA POÉTICA
a.- Los poetas son casi siempre los menos indicados para definir lo que paren, salvo que sean filólogos y, entonces, es peor, si cabe.
Pues lo son, los árboles nunca vieron el bosque.
b.- Mi infancia son recuerdos de un patio en La Palmilla (Málaga). Mi juventud: muchacho barriobajero con buenas dotes para el estudio descubre el poder de la palabra, ese objeto secreto que los demás no controlan porque gritan más o juegan mejor al fútbol. Todo empezó muy místicamente (de tapadillo), entre amores contrariados y ensimismamientos juveniles metafísicos. En esos momentos la creación literaria es más bien una urgencia hormonal. Tras el rubor de tres o cuatro relecturas reciclé el 90% de mi obra poética y el 99% de la prosa.
c.- Dicen los que la leen que mi poesía es fresca, densa, pelín irreverente, culturaloide, cuasi-neorrealista, sutil, intelectuosa, cargada de humor y mala ley, algo así como Quevedo pero con menos amargura existencial (no estoy cojo y prescindo de antiparras). Sí, parece claro que escribo más para la inteligencia que para los sentidos.
d.- Otro rasgo es la tendencia a la concisión. Estudié con minuciosidad los originales latinos de Marcial. Me apasionan las sentencias de O.Wilde, Marx (Groucho), Borges (J. L.), W. Allen o Gracián. Odio a los teóricos que hablan de “géneros menores” y “falta de aliento poético”: miden la literatura por el tamaño. Son como adolescentes en un retrete. No obstante, de un tiempo a esta parte, a no dudar poseído por el espíritu del abuelo cebolleta, cada vez tiendo más a la letanía, a la longaniza verbal y a la verborrea embriagante inmisericorde ad nauseam.
e.- Pensándolo bien (o simplemente pensándolo), lo baso todo en la aliteración y el oxímoron, porque en mi humilde y altiva opinión, la vida no es más que una breve paradoja que nos suena (más o menos) bien.
Poemas
YAHVÉ AIRADO DA INSTRUCCIONES A NOÉ
Esto no es, Noé, lo que aquel día
pactamos a la sombra de un manzano:
Yo te creo a mi imagen, ser humano,
y a cambio tú me rindes pleitesía.
Pero vas con reptil alevosía
me hurtas el huerto, matas a tu hermano
y me alzarás un dedo, orgullo insano
de babilónica albañilería.
Hasta el triángulo estoy ya del pecado:
así que una paloma mensajera
pon al mando de todo lo creado,
vete haciendo de clavos y madera
un barco antidiluvios con tejado,
úntale pez y ciérralo por fuera.
(Múltiplos de uno)
A PROPÓSITO DE MI HERENCIA
Cuando yo nací
el mundo ya estaba ensamblado.
Las clases sociales, las catedrales,
las vendetas y los derechos humanos
circulaban ya desde hacía tiempo.
Nada me preguntaron
sobre mis gustos ni preferencias,
si me agradaba el calor de las doce en verano,
o los tristes escombros en los descampados del extrarradio.
Nadie se acercó al hospital
a darme explicaciones
de por qué las ratas viven en las alcantarillas
y los cucos en los árboles,
de por qué febrero es corto
y el arte es largo.
Nadie tampoco pudo ni quiso justificar
la balanza de pagos de los reinos olvidados,
las utopías, las letras de cambio,
la salsa bearnesa, los estribillos de las canciones del verano,
las curvas peligrosas, los colofones de los libros de viejo,
la supuesta sonrisa de la monalisa,
el olor dulzón de las jacarandas,
la urgencia del sexo de los efebos,
la caída del imperio azteca,
los calcetines desparejados,
el burro perdido y encontrado y perdido de Sancho Panza,
el ojo ausente de Nefertiti.
Yo solito,
y cuando digo yo,
hago extensible el pronombre a todos ustedes,
me las tuve que ingeniar
para saltar los charcos,
pagar las facturas,
doblar lo más correctamente posible las camisas,
reír cada mañana
y dejarlo todo preparado
para que otro reciba en su momento
esta terrible y maravillosa herencia
que nadie se merece.
(inédito)
TÚ Y LAS BALLENAS
Esta noche,
mientras la tensa claridad de las pantallas
expone el penúltimo ridículo de algún honorable ciudadano
y, hastiado, arrugas
un paquete más de patatas metálicas,
al tiempo que una sirena se aleja en la noche del sábado
rumbo a algún semáforo ensangrentado;
no olvides que justo en estos precisos instantes,
oscuras, como buques en la niebla,
cruzan poderosas los altos océanos
las ballenas,
lanzando su chorro de estrellas hacia los cielos,
generando con sus cuerpos
las olas con que juegan días más tardes
los niños pobres de países soleados.
Bailan con las mareas
rozándose los lomos,
emergiendo para respirar de cuando en cuando,
como tú ahora sales al balcón,
en busca del aire puro de esta noche de mayo.
Si metes la cabeza en la bañera,
oirás el eco sordo
de los muebles de los vecinos,
movidos fugaz y rítmicamente,
los timbres inoportunos,
las alarmas de los coches sin dueño,
o el eco del eco de los televisores sin pausa;
pero si aguantas lo suficiente,
si has tomado buen aire
y el alquitrán de tus pulmones te lo permite,
atiende a ese sonido que crece
desde el fondo abisal.
Es el canto de las ballenas,
el lejano lamento submarino
que llega hasta ti,
como un blues austral.
como un aria sin divos,
como una canción sin letra.
Y es el faro móvil y secreto,
el último asidero
para todos los corazones del mundo.
(en Liberlect)