Chica de ningún lugar. (Banda sonora: nowhere-girl-b-movie)
-” Aquí tienes un cuartito muy mono, con su baño y todo. En esta parte de la casa no vas a escuchar ruido ninguno. Te puedes duchar, y si quieres, te pones más tarde algo mío de calle, para que no tener que ir…así, jaja. Hasta luego y que descanses” -dijo Mila a Angie.
Le llenaban la cabeza multitud de imágenes y deseos en pugna. En realidad, ya estaba acostumbrada porque su cabeza era así, pero esta vez la frustración de no haber follado con Frankie -como hubiera deseado- casi le provocaba dolor. Se tumbó en la cama y se desató los botines; a ello siguieron la faldita, las bragas y el top. Se metió una mano por el suje y se agarró los pezones y empezó a masturbarse con la mano contraria.
Le excitaba verse así, a medio desvestir, con las medias puestas y el sexo al aire. Se puso de costado tumbadita y “trabajándose” con fruición. Se imaginaba que Frankie la tomaba y la levantaba, tal cual hizo al meterla en el coche a la fuerza. Y que luego la había tumbado y la penetraba por detrás, abriéndole las nalgas hacia afuera con las manos. Y los amigos de el miraban, aiis…
Pronto se notó mojadísima y con el clítoris como una ciruela, buuf. Notaba durísimos los pezones y casi tuvo que dejar de tocárselos. Y odiaba haberse olvidado el consolador, dioss, pero no todo se puede llevar encima, caray. Necesitaba algo contundente para meterse en la vagina o quizá no dormiría, sospechaba ella. Terminó empapada en sudor y entró en la ducha mareada.
Masturbarse: un homenaje a la humedad que sintió en la entrepierna cuando fue levantada y metida en el coche. De resultas de ello, fue mojadita y confundida hasta casa de Mila. No le hacia mucha gracia excitarse de aquella manera, francamente. De hecho, era ella quien gustaba de dominar, y en cualquier otra ocasión le habría partido la boca al gilipollas que la hubiera violentado. Se pasó lo que restaba de viaje con cara de perro y despidió a su ¿amiguito? con frialdad.
En realidad, no sabía muy bien qué pensar de sí misma. Había entrado esa noche en Chocolate con novio -Quique- y le había jugado una trastada. Se encargó ella misma de pillar en un mismo trocito su dosis de LSD y la de el, “premiándole” en el reparto con el mayor trozo, jeje. Quique venía desde Alicante adrede por ella, pero la estaba empezando a aburrir.
Mientras se enjabonaba los senos -todavía reventones tras la autoestimulación- recordaba la cara de el, cuando “aquello” le subía más de lo esperado y dijo -pálidísimo- que se iba al baño y que -si se encontraba muy mal- pediría que le llevaran a casa de Carlos a “dormirla” (si aquel estado le permitía dormir, claro) Carlos -aclaración precisa- vivía con un hermano que casi nunca salía.
Y bien, resulta que no echó a Quique de menos lo más mínimo y sí, por contra, al conductor de la noche, a quien después intentó apartar por todos los medios del resto del grupo. Qué casualidad más desquiciada que su Papi Cerdo apareciera mas tarde en escena y le diera una excusa, ja.
Y aquí y ahora, recién duchada y en casa ajena, se hundía en sueños:…le agarraba el pelo a Frankie dentro del coche…y el estaba desnudo…y su padre los bloqueaba en la carretera con el bus…y Frankie vomitaba…
Aaah, uuf, una puta pesadilla, ostiass. Despertó y ya eran casi las tres del mediodía. Había prometido llegar a casa para comer, cuando acabara de “estudiar” con su amiga. Salió con los senos bamboleantes por el pasillo de Mila y en la casa no se oía nadie. Pero descubrió un hatillo de ropa y unas zapatillas junto a una nota: “Creo que son de tu número. Llamó Pere preguntando por ti pero no le dije nada. Que le llamaras, dijo el. Besos“.
Aay, Pere, el “puertas” del Spook. Era un amor y un pollón, jaja, cierto, pero también y cada vez más, un posesivo y un soso, con menos imaginación -en todo y para todo- que un caracol, aah. Vestida de calle pilló un autobús y se plantó -por fin- en casa, teniendo la bendita suerte de que su padre estaba de ruta, su madre con jaqueca y la comida apartada a un lado.
No se creía su buena suerte, caramba: ni explicaciones ni suspicacias. En cuanto a Elena, sería ejecutada mañana cuando la viera en la Facultad, pero hoy todavía no. Esa tarde había que actuar y bien rápido. Ven aquí, teléfono mío…
-”¿Carlos?” preguntó a la voz que contestó. En aquella casa se había visto con Quique las tres o cuatro veces que salió con el…
-”No, soy Chema ¿eres Angie?” Qué fastidio, leches, era el molusco del hermanito. El mismo que de seguro se la cascaba a escondidas cuando la veía con Quique por allí…“Oye, Angie ¿tu que sabes de mi hermano y Quique? Es que no han vuelto aún y son casi las cuatro y media ¿No estaban contigo?” Mierda, dioss, la Banda del Empastre todavía perdida y un hermano que hacía de madre…
-“Yo me vine con Frankie, no sé nada de ellos (ni me importa un ovario) y era para ver si tenías su tfno (el de Frankie) Sé que Carlos lo tenía por una agenda ¿lo miras, porfi, porfi?” (esto último con voz meloseta…) “Síi, apunto, eh xxxxxxxxx. Vale, gracias, machote, nos vemos” (y procura no matarte a pajas, anda).
Y en casa de Frankie no contestaba nadie. Raro, rarito. Aunque desde que lo conocía y ahora que lo pensaba, con el pasaban siempre cosas raritas. La pasada noche era buen ejemplo de ello, uuf ¿Y no lo había visto arrojar unos planteles o así a un contenedor? Dioss…
Al final dejó un mensaje en el contestador: -“…eh, esto es para Frankie. Eh, nada, que estaré, estaremos en el Babia. A eso de las siete y media”. Ya estaba. Y joder, vaya desastre. Titubeante, farfullando ¡Y ni siquiera había dicho quien era!.
Bueno, la reconocería ¿Querría ir? Pero había que seguir llamando gente…
-”¿Pere?”
-[...tras un rato de quejas y trivialidades insoportables...] “y es la última vez que te paso al Spook con otros tíos. Que se ríen de mi, joder. A ver señora ¿a cuantos te has cepillado esta noche?
-”Pues mira, a todos menos a tí, ya que preguntas. Joder, eres la primera persona que llamo al despertarme y me das por saco y me jodes de esta manera. Solo quería saber si me recogías y nos ibamos al Babia sobre las siete o así, pej, O sino, las cositas que te gustan que te las haga Maria Martillo la de la verbena. No sé, tu verás”...
Pere cedió, claro. Le tenía pillado el punto. Y el nunca la levantaría en vilo desconsideradamente…
Y en ese momento llegó su padre…
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Banda sonora: nowhere-girl-b-movie
(Final B en progreso. Algunas ficciones pero con fondo real y no desvelaré donde acaban las unas y empieza el otro. Eso pasa por pedir continuaciones. El no ser un profesional me impide abreviar, sorry, estoy condenado. Besos y saludos.)
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