Angela merkel, una política ¡como dios manda y el mundo necesita!

Por Joseantoniobenito

Para mí es muy sencillo: Si soy cristiano, Cristo es mi modelo y mi vida. "He venido para SERVIR A y no para servirme de".

Una nota de su despedida en olor de multitudes. Otra, de su día a día, cuando estaba como dirigente.

ALEMANIA SE DESPIDE DE ANGELA MERKEL

Con seis minutos de calurosos aplausos, en las calles, balcones, ventanas, todo el País aplaudió durante 6 minutos - ¡espectacular ejemplo de liderazgo y defensa de la humanidad, ¡chapeau!

Los alemanes la eligieron para dirigirlos, y ella dirigió a 80 millones de alemanes durante 18 años con competencia, habilidad, dedicación y sinceridad. Ella no dijo tonterías. No apareció en los callejones de Berlín para ser fotografiada. Fue apodada "La Dama del Mundo" y fue descrita como el equivalente a seis millones de hombres.

Durante estos dieciocho años de liderazgo de la autoridad en su país, no se registraron transgresiones en su contra. No asignó a ninguno de sus familiares a un cargo en el gobierno. Ella no afirmó ser la creadora de glorias. No recibió pagos millonarios, ni nadie animó su actuación, no recibió cartas ni juramentos, no luchó contra los que la precedieron.

Ayer, Merkel dejó la posición de liderazgo del partido y se la entregó a quienes la siguieron, y Alemania y su pueblo alemán están en las mejores condiciones de todos los tiempos.

La reacción de los alemanes no tuvo precedentes en la historia del País. Toda la población salió a los balcones de sus casas y la aplaudió espontáneamente durante 6 minutos seguidos. Una ovación de pie a nivel nacional.

Alemania se mantuvo como un solo cuerpo despidiéndose de su líder, un físico químico que no fue tentado por la moda o las luces y no compró bienes raíces, autos, yates y aviones privados, sabiendo que ella es de la antigua Alemania Oriental.

Dejó su puesto después de dejar Alemania en la cima. Ella se fue y sus familiares no reclamaron ventaja. Dieciocho años y nunca cambió su vestuario.

En una conferencia de prensa, una periodista le preguntó a Merkel: Notamos que estás usando el mismo traje, ¿no tienes otro? Ella respondió: "Soy una empleada del gobierno y no una modelo".

En otra rueda de prensa, le preguntaron: ¿Tiene sirvientas que limpian su casa, le preparan la comida, etc.? Su respuesta fue: "No, no tengo sirvientes y no los necesito. Mi esposo y yo hacemos este trabajo en casa todos los días".

La Sra. Merkel vive en un apartamento normal como cualquier otro ciudadano. Vivió en este apartamento antes de ser elegida canciller de Alemania. Ella no la abandonó y no es dueña de villa, criados, piscinas ni jardines.

Y para los que no estaban informados, algo que siempre llevó en alto y siempre dejo en claro donde quiera que iba:

"Siempre haré las cosas como a Dios agradan, porque le temo y porque le sirvo con todos mis bienes y todo mi corazón, porque desde hace muchos años le abrí mi vida y mi corazón a Jesucristo, y desde entonces soy cristiana, no solo de palabra sino sobre todo de hechos"

Será que todos los cristianos políticos son como ella?

O tan solo han sido y son oportunistas, levantando la bandera de cristianos, sin ni siquiera estar congregados o con trayectoria ministerial.

Merkel, una genuina hija de Dios, la ahora ex canciller de Alemania, dejó ¡la economía más grande de toda Europa!

La canciller Ángela Merkel es una mujer que raras veces habla de su vida personal y cuida su intimidad con una severidad que la ha hecho famosa. Nunca ha invitado a un jefe de Estado o de gobierno a su piso en Berlín o a su dacha en Brandeburgo.

Pero Merkel, cuando se cumplen los 25 años de la unificación de su país, ha tenido un gesto inédito al revelar algunas cosas de su vida al periódico Süddeutsche Zeitung, junto con varias fotos personales.

Una de las instantáneas que cedió al periódico muestra un encuentro de Merkel con el presidente ruso Vladimir Putin en su residencia de verano de Sochi. "No tengo miedo a los perros, pero sí una cierta inquietud porque un día me mordió uno. Lo que me pareció destacado en enero de 2007 en Sochi, fue que, aunque el presidente sabía muy bien que no estaba ansiosa por saludar a su perro, lo trajo consigo".

Merkel también afirma ser creyente, aunque reconoce que ha dudado más de una vez sobre la existencia de Dios. "Pero siempre he vuelto a creer. Pienso que todo el mundo que realmente cree, ha dudado alguna vez de la existencia de Dios", asegura

Merkel fue educada por su padre, pastor luterano, en una ética protestante; y confiesa que la fe cristiana es algo básico en su vida. "La fe y la religión son la base sobre la que yo y muchos otros contemplamos la sagrada dignidad del ser humano. Nos vemos como la creación de Dios, y eso guía nuestras acciones políticas". (…) La fe en Dios me facilita muchas decisiones políticas".

La canciller alemana participó en un debate público en la Universidad de Berna (Suiza) a principios de septiembre. Ante una pregunta sobre el riesgo de "islamización" de Europa, recordó que la mejor respuesta era tener "el valor de ser cristianos, saber fomentar el diálogo [con los musulmanes], volver al culto en la iglesia, y sumergirse de nuevo en la Biblia". Luego añadió con pesar que "Se necesitan cristianos valientes con fundamentos bíblicos. Si le preguntas a niños en edad escolar qué es Pentecostés, las respuestas serán probablemente muy decepcionantes".

SU ESTILO DE VESTIR

Con respecto a su vestimenta, que ya es todo un clásico en la moda alemana, Merkel revela que desconoce el número de chaquetas que cuelgan en su armario, admite que algunas de sus preferidas han pasado por su modista personal para estrecharlas o agrandarlas y señala que no existe ningún misterio en los colores que elige. "A veces debo llevar una chaqueta oscura porque me han avisado de que estaré presente en un escenario donde el fondo es blanco. Me gustan los colores fuertes, pero, por lo general, elijo al azar la prenda", dice la canciller.

Y SU VIDA FAMILIAR

Merkel también confiesa que mantiene una relación cordial y regular con su madre, Herling Kasner, de 87 años. "Hablamos regularmente por teléfono, pero nos vemos muy poco. Lee regularmente periódicos, escucha radio, pero es muy importante para ella que no hablemos de política. Siempre me informa sobre parientes, amigos y conocidos para que yo no me aísle de la vida normal de una familia".

Durante los últimos diez años, la canciller siempre se ha encontrado con una pregunta que tiene que ver con la compañía de su esposo, el químico Joachim Sauer, en sus múltiples viajes. "A veces me preguntan quién decide cuando mi esposo me acompaña o no. Mi esposo decide", dice la canciller que confiesa tener como su marido fascinación por Estados Unidos.