(RELATOS CORTOS)Son ángeles caídos; con sus alas de oro tocaron las lindes celestiales. Sus manos sanadoras quebraron la férrea voluntad de una pandemia apocalíptica que amenazaba con verter su ponzoña por todo el mundo.
Son ángeles caídos, pues su bondad y magnanimidad han sido clausuradas y decapitadas y a cambio, reciben oleadas de denuestos, reproches y acedas reconvenciones.
Se jugaron la vida, y acaso cometieron errores. Se jugaron la vida para salvar la tuya, y el premio recibido es un granizo invernal de acusaciones, anatemas y desproporcionadas admoniciones. En acciones humanitarias les verás, entregados a una liza sin tregua. Su única aspiración es arrebatarle a la muerte una nueva vida. Merecen nuestro apoyo, comprensión y afecto, pues se juegan la vida para salvar la tuya.