Ángeles gasset

Por Diana Cabello Muro @Didymyself

La pedagoga republicana que se salvó de la purga



Nació un 9 de agosto de 1907, nieta de Eduardo Gasset y Artime, un importante editor de periódicos y fundador del El Imparcial, y sobrina del filósofo José Ortega y Gasset, con cuya hija, su prima Soledad Ortega Spottorno, mantuvo un enriquecedora amistad.
Comenzó sus estudios en el Colegio Alemán, aunque se incorporó al Instituto-Escuela en 1918, el año en que fue creado. Después estudió Magisterio y volvió a Instituto-Escuela, esta vez como maestra de párvulos punto aquí conoció a las que serían sus inseparables amigas Jimena Menéndez Pidal y Carmen García del Diestro.
Ángeles y Jimena estaban enamoradas del teatro popular y pensaron en incorporar pequeñas obras de teatro en la actividad escolar de los niños y niñas del Instituto-Escuela. También empezaron con sus famosos "curritos" (marionetas), que posteriormente serían uno de los signos de identidad del colegio Estudio, así como el auto de Navidad.
En 1935 junto a Jimena dirigió las dos primeras representaciones de La Pájara Pinta de Alberti.
Paso la guerra civil exiliada en París en casa de su tío José Ortega y Gasset, donde estrechó sus vínculos afectivos con su prima Soledad.
Tras la guerra se reencuentran las tres compañeras y, junto a otros profesores del Instituto Escuela, se lanzan a la aventura de fundar un colegio que siguiesen innovadora estela de la Institución Libre de Enseñanza, por lo que en 1940 nació el colegio anteriormente mencionado, Estudio.
Estudiantes y profesores coetaneos a Ángeles la recuerdan todavía como una profesora joven, animosa y sensible, con enorme ilusión por su labor y solamente inflexible y algo "autoritaria" a la hora de exigir limpieza en manos y uñas al alumnado que se quedaba a comer en el colegio.
Se puso de acuerdo con algunas profesoras para impartir clases de historia sagrada y religión, según sus propias y firmes creencias, dejando fuera los dogmatismos y consiguiendo un equilibrio entre enseñanza laica y conocimientos religiosos, que antes parecía imposible.
Era una conversadora amena y divertida, y todos disfrutaban de sus recuerdos infantiles, asociación al teatro le llevo de gira a Cuenca, donde representó un papel en una obra de Arniches. Era una verdadera delicia oírle contar las divertidas circunstancias y avatares que le llevaron de madrugada a la Catedral de Cuenca y desde allí quedar deslumbrada por la belleza del paisaje.
Su casa, en Cuenca, pasó a ser lugar entrañable y querido por mucha gente divertida interesante, que la llenaba los fines de semana, y donde dio cobijo y refugio, en los tiempos duros del franquismo, aquellos jóvenes que se habían metido en dificultades por sus ideales políticos.
Su estancia en Estados Unidos, en una de las más prestigiosas universidades del Este, fue el colofón a su magnífica carrera como pedagoga.
Pero de ella todos recordarán las llegadas de Ángeles, como la del Séptimo de Caballería, a bordo de su Citroën 2 caballos, modelo de coche que llevaba al taller cada dos por tres, por el intensivo uso que hacía en sus innumerables viajes a Cuenca, a las obras del nuevo colegio, a Arcas o a Las Torcas...
Finalmente fue una de las pedagogas de la República que logro sobrevivir al franquismo tanto física como laboralmente.
Fuente: Guerra de la Vega, R.: Mujeres de la Segunda República Ediciones Guerra de la Vega, 2014.