Angelica Robinson, tras la final de Copa. Foto: Toni Delgado.
Angelica Robinson (Atlanta, EE UU, 1987) se queda paralizada y durante unos segundos pierde de vista a sus compañeras. Tiene las rodillas flexionadas, la mirada fija y los ojos encogidos. Su cara se llena de lágrimas y los fotógrafos captan su reacción hasta tirados por el suelo. Cualquier recurso será bueno para describir la emoción de Angel, superada por las circunstancias, por ganar su segunda Copa de la Reina con Perfumerías Avenida y conseguir su segundo MVP consecutivo. Poco después, ya más calmada, pero igual de contenta, atiende a Cronómetro de Récords en el parqué del Pabellón Jorge Garbajosa.
Toni Delgado / Torrejón de Ardoz
—¿Qué sientes?Muy feliz. He llorado. No puedo describir ni encontrar las palabras adecuadas para explicar cómo me siento. Te podría decir un millón de cosas... Tenemos otra Copa y yo tengo otro MVP. Estoy muy contenta por el cuerpo técnico y las compañeras. Hemos jugamos y jugamos juntas. Hemos trabajado muy duro para revalidar este título. No pienso en ganar otra Copa ni otro MVP. Ahora quiero disfrutar lo máximo este momento, que es mágico.
—Angel creo que eres una estrella humilde, común. ¿De verdad? Es un grandísimo elogio. Gracias. Soy una jugadora de equipo, es algo que tengo muy claro. Todas vamos de la mano para conseguir éxitos, ninguna se siente mejor que el resto. Ése es el camino.
—Sois todas líderes. Lo somos. Y el gran responsable del éxito, de que estemos aquí con la Copa es él [señala a Alberto Miranda, su entrenador]. Alberto nos entiende y nos sabe dirigir muy bien, es capaz de sacar lo mejor de cada una de nosotras.