Angelology #1 | 590pp
Evangeline era una niña cuando su padre la dejó a cargo de las Hermanas Franciscanas de la Perpetua Adoración, en el Convento de St. Rose, cerca de Nueva York. Ahora, con veintitrés años, el descubrimiento de una carta de 1943 la sumerge en una historia secreta que se remonta a miles de años: el antiguo conflicto entre la Sociedad de los Angelólogos y los Nefilim, descendientes de la unión de los ángeles y los hombres, unas criaturas de monstruosa belleza.
Una portada espectacular nos preparaba para un sensual viaje hacia un mundo celestial, donde los ángeles caídos se levantaban y nos recogían entre sus fuertes brazos y sus enormes alas, pero no para amarnos, sino para advertirnos que ellos son superiores a nosotros, los seres humanos. Y eso jamás debe cambiar, porque si cambia… Nos arrepentiríamos.
Evangeline tiene 23 años y lleva viviendo en el convento de St. Rose desde que tenía 12 años ya que su padre decidió darla en adopción a las Hermanas Franciscanas de la Perpetua Adoración. Ahora ella es una más entre las devotas monjas y sus días pasan tranquilos sin ninguna novedad, entre rezo y rezo. Todo hubiera continuado igual si no hubiera sido por aquellas cartas. Ella se dedicaba a trabajar en la biblioteca del convento concienzudamente, sin ninguna otra preocupación, hasta que dio con una cuidada colección de grabados y libros sobre ángeles. Sin pensar demasiado, decide indagar sobre el tema y terminará encontrando las cartas que se enviaban la Madre Superiora y la conocida señora Abigail Rockefeller. Aquella extraña relación entre una eminencia y una monja, la lleva a conocer a Verlaine, un profesor de historia que, para ganarse un dinerillo de vez en cuando, trabaja haciendo informes de investigación. Su último trabajo (que versa sobre la vida de Abigail Rockefeller durante la 2ª Guerra Mundial) será el nexo que unirá el destino de ambos en un descubrimiento peligroso que los llevará hasta una guerra milenaria entre el bien y el mal.
La novela ofrece un argumento original y trabajado que mezcla la fantasía y mitología bíblica en un entorno realista y sobrio. Una base interesante de donde manan unas ideas brillantes sobre el mito del ángel caído, cuya historia os enseñará todo lo que no sabíais sobre los nephilim y otras castas de ángeles superiores. Las habilidades de los nephilim son entrañables y su presentación física y contextualización histórica suma puntos a la novela porque la autora ha sabido crear un universo celestial profundo y lleno de referencias bíblicas, sin caer, no obstante, en el burdo adoctrinamiento cristiano o a cuestionar las creencias del lector. Cosa que no ocurre, por desgracia, en otros libros juveniles y que es algo realmente deleznable y censurable (leed reseña de Halo, de Alessandra Adornetto). La existencia de la figura de los "angelólogos" da al desarrollo de la novela un juego importante, y sus errores se convertirán en nuestra desgracia, demostrando que la autora sabe manejarse en las dos líneas temporales existentes dentro de la novela (la del presente, en 1999) y la del pasado (entre los años 1939 y 1943), saltando con facilidad de personajes, de narrador y de riqueza descriptiva. Danielle es una gran oradora y contadora de historias y maneja la pluma con mucho garbo, huelga decir que la trama que ha creado para esta saga es compleja y crea expectación con cada acontecimiento, azorándote y removiéndote creencias que tenías impresas en la mente. La labor de documentación llevada a cabo por la autora es una tarea espléndida y merecedora de admiración; después de cuatro años, consiguió terminar esta novela y sorprender a miles de lectores con su teoría sobre los ángeles caídos en el mundo de los seres humanos.
No obstante, hay momentos en los que la historia sufre un parón y la autora divaga sobre temas sin importancia y de relleno. El ritmo resulta lento y la descripción sobrecargada es un hándicap de mucho peso, desaprovechando la trama en paja molida que nos satura de información y que retrasa el interés hasta avanzados pasos de la novela; encima, justo cuando todo se pone interesante, viene el desenlace precipitado y nos cierra de un golpe el libro. Ahí es cuando nos enteramos de que Angelology es la primera parte de una trilogía y nos hace reflexionar acerca de si es realmente necesario comercializar tanto con la literatura. Dejando ese tema a parte, podemos apuntar también a la falta de acción y suspense que nos deja un regusto nostálgico, dando ganas de coger a los personajes y azotarlos hasta hacerlos bailar claqué con las manos y resolver el problema de una vez por toda. Sobre ellos tengo que decir que, aunque están muy bien perfilados y los toques románticos se ven venir con fuerza, la trama los absorbe con virulencia, relegándolos a un segundo plano.
Aunque Angelology es un libro excelentemente escrito y presentado, no podemos categorizarlo como una novela espectacular, sobre todo por culpa de los pequeños altibajos que coronan el desarrollo de la trama principal y su talón de Aquiles situado justo en la conclusión final. Sin embargo, se trata de un libro entretenido y, por supuesto, recomendable para los lectores más avezados que disfruten de argumentos ricos en mitología bíblica y propuestas maduras e interesantes. La segunda parte de esta trilogía promete solventar muchos problemas y ofrecernos, tal vez, el libro de ángeles caídos que siempre habíamos esperado.
La novela más documentada y creíble que he leído hasta ahora sobre el celestial universo de los ángeles caídos