Envidio a tu almohada que tiene la dicha y el tupé de estar contigo cada madrugada.
¿Sabrá ella lo celosa que me siento?
Suena enfermizo, pero no lo puedo evitar. Menos, cuando se trata de ti.
Tu sonrisa, mi más hermosa medicina. Es de esas risas que causan amnesia, que te hacen olvidar las penas, y por un momento, tan solo un pequeño momento, todo deja de existir.
¿Qué me hiciste? Que con un beso me robas el aliento y con una caricia me vuelve el alma al cuerpo.
Solo tú puedes hacer eso, jugar con mi calma y espantar mis tormentos.
Nuestras almas son eternas que vivieron, viven y vivirán eternamente.
algo efímero en comparación a las vidas que estamos por recorrer. Se nos va el amor en un aliento y la vida en un parpadeo.
Si pudiera no dudaría en unir mi alma a la tuya eternamente, hasta que el tiempo deje de correr y solo queden partículas de un amor que era y siempre será.
Si nos llegásemos a encontrar en el cielo, la intimidad sería nuestro amanecer, a plena luz del alba, bajo la más hermosa sinfonía hecha por centenares de ángeles, única. Solo para los dos, tocando en nuestro regocijo.
Si nos encontramos en el infierno, arderíamos con tanta intensidad que el fuego a nuestro al rededor sería opacado por nuestro calor.
Y si por desgracia nos encontramos en lugares diferentes, entregaría mi alma al cielo o vendería mi ser al infierno, únicamente para poder recibir una pequeña caricia de tus dedos.
Cada mirada, cada roce, tan íntimo y nuestro.
Entre mis más profundos pensamientos, llegó a mi. Una interrogante un poco descabellada, ¿por qué antes no habré escrito sobre ti?
“Los poemas no son solo letras,
Las palabras no solo expresan emociones.”
Con esa revelación entendí que una caricia puede ser un dulce verso escrito en la piel, y un beso el más perfecto poema.
Soy un libro abierto, que tú mismo escribiste. En cada página de mi, cada matiz de mi piel, se encuentra tallada tu esencia, y se mantiene escrita tu pasión.
Y podría decirte mucho más, y desgastarme los dedos hasta que no pueda más.
Pero la noche es larga, y tengo que terminar el poema que comencé en tu piel.
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Solo ojos que codicien ver más que belleza encontrarán la verdad entre mis letras, el enamorarse es algo que todos saben hacer. Mas el amar y ser amado es un arte, que pocos saben hacer, que va mucho más allá de expresarse, es entregarse.
Y espero algún día la humanidad lo logre comprender.