Tal como un bebé quiere la leche, los seguidores de Cristo deben desear «la leche pura de la Palabra» (1 Pedro 2:2 lbla) que produce el crecimiento espiritual. El apóstol Pedro declara: «… deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo» (ntv). Pedro le escribía a un grupo de seguidores de Cristo dispersados por la persecución. Los instaba a dejar de lado los sentimientos de enojo y de celos mutuos, el decir una cosa y hacer otra (v. 1); y a «[desear] como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella [crecieran] para salvación» (v. 2).
El Señor nos invita a beber todo lo que necesitemos de su abundante provisión. ¡Le encanta ver crecer a sus hijos!
Cuanto más profundizamos en la Palabra de Dios, más crecemos.
(Nuestro Pan Diario)