Portada del nº1 de Animal Man, publicado por ECC
Animal Man ha regresado con más fuerza que nunca. La renovación de todos los personajes de DC también ha supuesto la inserción de algunos en la continuidad superheroica, como es el caso de Buddy Backer y La Cosa del Pantano. Todo un riesgo para dos de los emblemas de la línea Vértigo, que poco tienen que ver con las clásicas historias de Superman, Wonden Woman o Batman.
El numero uno de Animal Man recopila los seis primeros publicados recientemente en Estados Unidos, en los que Buddy tiene que hacer frente a las típicas rencillas domésticas, lidiar con los desorbitados poderes de su hija Maxime y detener el imparable avance de los Cazadores, los nuevos enemigos que amenazan con destruir Lo Rojo, aquel concepto que introdujo James Delano y que Jeff Lemire recupera para que se convierta en el motor de la trama. Además, queda patente que los destinos de La cosa del Pantano y de Animal Man estarán íntimamente entrelazados a lo largo de esta nueva etapa, que promete varias sorpresas.
El apartado gráfico corre a cargo de Travel Formen, que consigue adaptararse a la perfección a la narración de Lemire en una historia que transporta al lector a un mundo onírico, bizarro y siniestro a la vez. El ilustrador regala diferente versiones de Budy, que van desde el típico traje o la chaqueta que lo inmortalizó, hasta su visión más animalizada (valga la redundancia).
Animal Man ya estuvo en la continuidad superheroica, pero donde realmente consiguió hacerse un hueco fue durante su andadura como personaje de la línea Vértigo, con un enfoque más oscuro y orientado hacia un público adulto. Aunque no se puede omitir el experimento metaficcional de Grant Morrison, que lo convirtió en un auténtico clásico. Este Animal Man bebe de todas estas etapas, porque los detalles a la metaficción también están presentes, pero consigue implantar su sello propio gracias a los lápices de Foreman. El transcurso de los números dirá si Lemire es capaz de añadir conceptos propios para una serie que se erige como una de las grandes destacadas de Los Nuevos 52.
Un texto que firma Nacho Pillonetto.
Ruta 42
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