Animales en peligro: Pingüino de Magallanes

Por Briconatur @Briconatur

El pingüino de Magallanes o pingüino patagónico, es una especie de ave de la familia de los pingüinos Spheniscida. Es el más numeroso del género Spheniscus.

  • Características

Los pingüinos de Magallanes son de tamaño medio, con ejemplares de entre 35 y 45 centímetros de altura y 3 Kg de peso. La cabeza es negra con un franja blanca que parte del ojo, rodea los oídos y la barbilla, para juntarse en la garganta. Presentan plumaje negro grisáceo en el dorso y blanco en la parte delantera, con dos bandas negras entre cabeza y torso, la inferior en forma de herradura invertida. []

Los colores de su plumaje representan una adaptación evolutiva mediante la que el animal puede obtener un mimetismo eficiente en el medio marino, ya que cuando nada sumergido, su dorso oscuro pasa desapercibido para quien observa desde arriba, al confundirse con los tonos oscuros de las profundidades marinas, y -a la inversa – su torso blanco se mezcla con la luminosidad de la superficie para quien observa desde una profundidad mayor.

La visión del pingüino está también adaptada al medio acuático, por lo que en tierra sus ojos resultan hipermétropes.

Los pingüinos se alimentan en el agua, a costa de especies como sardina, pejerrey , anchoíta, calamar, krill y otros crustáceos. Beben agua de mar, que filtran mediante sus glándulas excretoras de sal, ubicadas en el ángulo anterior de la cavidad orbitaria. Su funcionamiento es complementario al de los riñones.

  •   Hábitat y subespecies  

Nidifica en las islas Malvinas y en las costas e islas de la patagonia de la Argentina y Chile, migrando hacia el norte en el invierno, alcanzando las aguas del Uruguay y el sudeste del Brasil con temperaturas más templadas, siendo una especie vagante en Australia, el Perú, y otras islas del Atlántico Sur.

Las otras especies de este género son el pingüino de El Cabo, el pingüino de Humboldt y el pingüino de Galápagos.

  •  Reproducción

Anidan en colonias en sitios determinados de la costa, seleccionando a tal fin suelos blandos donde puedan cavar sus nidos, aunque también pueden anidar bajo arbustos u otras protecciones. Los apostaderos son utilizados año tras año, y los animales al llegar eligen y reacondicionan las cuevas pre existentes para la nueva puesta. Se han encontrado nidos hasta a un kilómetro de la costa.

La llegada de las aves se produce en septiembre, para preparar los nidos y realizar el apareamiento. La puesta se efectúa en el mes de octubre y es usualmente de dos huevos. La gestación dura 42 días, durante los que ambos padres se turnan para empollar e ir a alimentarse al mar. Los pichones presentan un plumón uniforme de color gris sucio, y para el mes de febrero ya son prácticamente autosuficientes. En abril se inicia la migración a los mares brasileños, de donde retornarán a los seis meses para recomenzar el ciclo.

  • Estado de conservación

La especie se encuentra protegida en reservas naturales por los estados provinciales de Argentina y en las regiones australes chilenas. En las colonias más importantes, el avistaje turístico es regulado mediante controles de acceso, recorridos sobre andariveles para evitar el deterioro de los nidos, y apoyo y control de guarda faunas.

Diversas instituciones científicas de la Patagonia estudian constantemente el comportamiento y evolución de la especie, y en numerosas ciudades costeras funcionan en forma permanente establecimientos de recuperación de animales empetrolados.

Los depredadores más importantes del Pingüino de Magallanes son la foca leopardo, el petrel gigante y la orca. Huevos y pichones son depredados por varias especies de aves, como la gaviota parda o skúa, la gaviota cocinera, la gaviota austral y la paloma antártica. También animales terrestres como el zorro colorado, el armadillo y el zorrino aprovechan la distracción de los padres para hacerse de huevos o crías indefensas.

Antes de establecerse su carácter de fauna protegida, los pingüinos eran fácil presa para los cazadores de aceite y grasa animal, si bien su tamaño comparativamente reducido lo hacía menos atractivo que otra fauna marina austral igualmente desguarnecida en tierra, tal como los lobos marinos. Igualmente se los sacrificó masivamente hasta bien entrado el Siglo XX, incluso para fines tan poco razonables como servir de combustible en las calderas de los barcos a vapor.

La actividad humana igualmente produce en forma indirecta la muerte anual de muchos pingüinos, ya sea por la pesca excesiva de especies con que se alimenta, y los derrames de petróleo que lo afectan mortalmente junto al resto de la avifauna.