Animales no tan misteriosos

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Hace unos pocos meses nació en Los Pirineos un lince boreal, una especie considerada extinta en libertad en nuestro país desde los años treinta del siglo pasado. Esto de declarar que ha desaparecido un animal y luego asistir a esta explosión de vida no es tan infrecuente como podría parecer, por suerte. De hecho, hay tantos espacios todavía por descubrir en nuestro planeta, rincones que han tenido la suerte de no ser pisoteados todavía por el ser humano, que en un futuro podríamos descubrir nuevas maravillas y ejemplares de especies que sólo conocíamos por mitos o fósiles. Algunos ejemplos de esto se explican en el maravilloso El libro de los animales misteriosos, del biólogo y periodista alemán Lothar Frenz, con preciosas ilustraciones de Carlos Velázquez, que ayudan al lector a sentirse en una de esas expediciones de siglos anteriores en las que se buscaban criaturas imposibles. En esta obra se ofrecen hipótesis sobre qué especies reales pueden estar detrás de las leyendas, basadas en la aparición de fósiles y en estudios científicos y análisis genéticos, como la posibilidad de que detrás del cíclope se encuentre un animal extinguido pero no tan fantástico como siempre hemos creído.

El libro de los animales misteriosos también alberga la búsqueda del hombre de las nieves o de la montaña, según la cultura en la que nos fijemos, o del monstruo del Lago Ness. Pero, además, Frenz, que ha tenido la suerte de experimentar lo extraordinario de investigar en el Amazonas, en zonas de África, Asia o en las Islas del Pacífico, nos cuenta la belleza de aquellas especies que sí existieron pero que los humanos acabaron con ellas, como el famoso dodo o el menos conocido tigre de Tasmania (aunque se intuye que algunos ejemplares hayan podido sobrevivir). Son estas las especies que a veces sorprenden con una aparición que forma parte al principio de la rumorología y que entonces los especialistas se empeñan en rebatir o refutar.

Uno de los denominadores comunes en la desaparición de las especies es la caza. Habla este periodista y biólogo de siglos pasados en los que un único cazador era capaz de abatir "casi 500 pumas, unos 300 osos negros y, junto con sus hermanos, más de 120 jaguares, una trayectoria cinegética que, hoy en día, dada la escasez de esos animales, provoca escalofríos". También el conflicto con los ganaderos ha provocado la matanza indiscriminada de especies, mediante la oferta de recompensas. Es el caso, por ejemplo, del conocido como "Tigre de Tasmania", en realidad un lobo marsupial al que acusaban de la matanza de ovejas, cuando sólo los robos que sufrían los ganaderos podían suponer más perdidas para ellos, sin contar con que se había constatado que "los perros asilvestrados mataban más ovejas que el lobo marsupial".

Este libro te hará amar aún más a los animales y entender la riqueza natural de nuestro planeta, su diversidad y la fragilidad que requiere por nuestra parte una mayor conciencia y respeto por el medioambiente. Con una mente abierta, no rechazarás la posibilidad de tener la suerte de que, en lo que dura una de nuestras vidas, puedan recuperarse especies extintas o descubrir por fin qué se esconde tras las leyendas que, aún en continentes diferentes, numerosas culturas han extendido sobre especies desconocidas, criaturas misteriosas para nosotros pero que podrían llevar mucho más tiempo que el ser humano sobre el planeta, escondidos en las profundidades marinas o en recónditos lugares terrestres aún vírgenes.