(Dirigido por Ismael Rodríguez– México 1961)
En el estado de Oaxaca, hay varios pueblos que a través del año celebran en homenaje a sus principales santos una serie de festividades que llaman “Las mayordomías”. Es el cura párroco del pueblo quien designa quién será el organizador y coordinador de estas fiestas escogiendo entre las personas de mayor solvencia moral y económica. Aquel en quien recae este honor se le llama: “Mayordomo”. Estas fiestas se componen de actos religiosos y profanos … misas … bailes ….y comida. Por cuenta del mayordomo corren todos los gastos de la fiesta, que son muchos pues todo el pueblo queda invitado. Para los elegidos, este honor significa un sacrificio pero, ese hombre importante disfruta el poder agasajar a sus hermanos de raza y consolidar sus afectos. Si bien es cierto que estas costumbres perjudican notablemente la economía de la masa indígena también lo es que, la mayordomía es uno de los escasos motivos por el que nuestros indios abandonan su legendaria tristeza y se sienten felices, durante los tres días que dura cada fiesta. Y ésta es la historia de Ánimas Trujano que quiso ser “Mayordomo” porque necesitaba sentirse: “El hombre importante”.
La cinta se inicia cuando el último hijo de Ánimas Trujano (Toshiro Mifune) está por morirse, sin embargo él no se encuentra dispuesto a pedir limosnas para traer un doctor, su esposa Juana (Columba Domínguez) si tiene la disposición pero la muerte del pequeño los sorprende rápidamente. Aún les quedan 3 hijas y otro hijo varón por mantener. La vida es dura para Juana y sus cuatro hijos, trabajan de sol a sol, mientras que Ánimas se la pasa fiel a la bebida. En verdad, Ánimas parece acumular todos los defectos posibles: borracho, mantenido, flojo, jugador, apostador, bruto, ignorante que cree en la suerte y por eso todos lo engañan y se burlan de él. Tiene una imperfección más: es infiel con la Catarina (Flor Silvestre), la cual es una mujer muy sensual que gusta de la variedad de hombres y del dinero que puede sacarles, entre otras habilidades “especiales”. Catarina tiene un apodo particular, le llaman “la que besa a los hombres”.
El día del velorio del hijo de Ánimas, el pueblo se entera que han elegido a Tadeo (Antonio Aguilar) para que sea el nuevo mayordomo. Ánimas que sueña con ser mayordomo se enfurece y empeora cuando ve que Catarina va a “regalarse” a los brazos de Tadeo. A esa mujer lo único que le importa es el dinero, si Ánimas quiere “jugar con ella”, sabe que tiene que pagar un precio y ella no cobra barato, es de las caras.
Juana es una mujer que lo ama a su marido, así con todos sus defectos. Ella sueña con poner una tienda, ahorrar dinero para que luego su esposo sea algún día mayordomo. Tiene también sueños de comprar tierras. Le inculca a su hija mayor que se interese por hombres que sepan trabajar la tierra, que la quieran y respeten, pero por sobre todo que no juzgue a su padre por su manera de ser. Ánimas le critica a Juana que ella le está enseñando a sus hijos a ser peones, no les está enseñando a mandar. Además mientras que ella los engríe, él les pega pero como afirma él“
lo hace porque los quiere más”.
Un día la familia Trujano consiguen empleo en la empresa de un español. Todos se van a trabajar, de inmediato el patrón se da cuenta que Ánimas es una serie de “deficiencias”. Ánimas en su defensa dice: “
no soy borracho, lo mío es purita insolación”. El patrón lo echa del trabajo, este sólo es el principio de una serie de eventos inesperados que le sobrevendrán en su vida.
Ánimas Trujano es una película que aborda el tema del machismo. Es complicado llevar un tema así a la pantalla grande, Pedro Infante o
Jorge Negrete lo hubieran hecho a la perfección. Ya muertos, quien mejor que Toshiro Mifune, el gran actor japonés (con facciones universales) para interpretar al indígena Ánimas. Mifune nos entrega, como en tantas películas suyas, una actuación extraordinaria.
El director Ismael Rodríguez había visto las películas donde actuaba Mifune y quedó fascinado, él sería el “Ánimas Trujano” que buscaba. Se fue hasta Japón para convencerlo y Mifune aceptó alegremente (puso su clásica sonrisa y se aprendió todo sus textos). Hoy en día Mifune es considerado para algunos uno de los mejores actores de todos los tiempos en la historia del cine.
La película postularía al Oscar, siendo vencida solamente por un grande como Ingmar Bergman y su genial “Como en un espejo”.