La serie Monster está basada en el manga del mismo nombre creado por Naoki Urasawa, uno de los más afamados autores de todo Japón. Ha ganado en numerosas veces el prestigioso premio Shogakukan por, hasta la fecha presente, Yawara!, 20th Century Boys y la historia que nos ocupa. Urasawa está considerado uno de los dioses del manga y mayores herederos de otros míticos como Osamu Tezuka, el creador de Astroboy; no en vano, fue el encargado de realizar una readaptación de una de sus mejores historias, El mejor robot sobre la faz de la Tierra, en el manga Pluto.
Monster comparte género con Pluto y 20th Century Boys, y éste es el de thriller de intriga con bastantes dosis inquietantes. Cuenta la historia del doctor Tenma (claro homenaje también a Astroboy en su nombre), un médico noble y abnegado que, en su juventud, se ve forzado a tomar una durísima decisión que le cambiará la vida para siempre: entre operar a un niño y a un político famoso que han llegado a su quirófano de urgencia, en ese orden, opta por seguir su ética profesional y elegir al niño, en contra de la voluntad del hospital, lo que supone la muerte del político. Tal decisión le granjea muchísimos problemas laborales y personales que no vamos a detallar, pero al menos el buen hombre ha seguido los dictados de su conciencia. Hasta que, un buen día, años después, ese mismo niño, llamado Johann, se presenta ante el buen doctor, y le agradece el que le haya salvado la vida, dado que, de no haber sido así, no podría estar haciendo nada de lo que está haciendo. Ah, me olvidaba de un detalle.
Johann le dice esto al doctor Tenma al mismo tiempo que asesina a sangre fría a un paciente indefenso, testigo del reencuentro.
Este potente inicio no supone más que la gota inicial de un mar de atroces crímenes que no tienen nada de caprichosos ni arbitrarios y que involucran a Johann, al que a partir de ahora la serie empieza a considerar un monstruo. El poder psicológico de la serie es espectacular. Pocas veces en mi vida he visto en una serie tanto misterio relativo a la vida de una persona. A medida que el doctor Tenma empieza a investigar el pasado del que fue su joven paciente, muy unido a los peores hechos de la historia reciente de Alemania y Checoslovaquia, nos vemos inmersos en una atmósfera oscura, opresiva y envolvente, llena de momentos de altísima tensión y preguntas y respuestas hiladas como en una perfecta telaraña: cada respuesta lleva a más preguntas, que son cada vez más y más intrigantes.
La mayor baza del autor es, sin la menor duda, la maestría con la que es capaz de relatar y poner sobre la pantalla hasta el más insignificante de los acontecimientos. Beneficiándose de un estilo narrativo con múltiples puntos de vista, se permite lujos maestros como retirar el enfoque del doctor Tenma y hacernos ver partes enteras de la trama bajo ojos ajenos, que incluyen policías, psicólogos, personas inocentes atrapadas en medio de esa atroz espiral e incluso el propio Johann, en un sorprendente giro que hace que no puedas despegarte del asiento durante esas partes de la serie.
Si la historia es atrapante como pocas, no se queda atrás el apartado técnico que la rodea. Adaptada por la excelente Mad House, las imágenes son una verdadera delicia para la retina, casi como cuadros en movimiento. La escenografía de la historia es fundamental, y podemos disfrutar de emplazamientos poco habituales en un anime tales como Dusseldorf, Munich y Praga, y el grafismo de los personajes no se queda atrás tampoco.
Otro de los puntos fuertes, tal vez el único que puede aportar algo superior comparado con el manga, es la banda sonora, de una calidad sobresaliente. La atmósfera de la historia se representa a la perfección con una música que por momentos te transporta y llega a helar la sangre con temas que reflejan puro horror, pero no del sangriento ni tenebroso, sino horror de la imaginación, muy adecuado a las preguntas que acechan a lo largo de toda la historia, del estilo de 'qué pasó en esta habitación' o 'por qué nadie quiere mencionar ese acontecimiento'.
En resumen, Monster es una serie sobresaliente. No es, ni por lo más remoto, una serie para adolescentes: hay que tener aprecio por las tramas muy elaboradas, adultas y que reflejan las tinieblas del alma humana para poder apreciar la serie. De todos modos, si queréis una muestra de la calidad del producto que os estoy hablando, no tenéis más que buscar la intro. Escuchad esa música, mirad esas imágenes. Y veréis que estáis sin duda ante un clásico inmortal del género que será apreciado por muchos, muchos años.