Disfrutamos de un día fantástico en los Lagos de Anna. Fresquitos, comiendo a la sombrita cerca del agua, jugando, dando de comer a los patos, bañándonos... Fue uno de esos día en los que las cosas se van complicando, que parece que va a salir mal y, sin embargo, al final se convierte en un día genial.
Aquel día nos habíamos preparado un picnic y nuestra intención era visitar El Pou Clar, en Ontinyent. Pero al llegar allí nos dimos cuenta de que no habíamos escogido un buen día para ello. Estaba llenísimo. No había dónde aparcar. Las normas que había impuesto el ayuntamiento no permitía los picnics junto al agua (comerte el bocata sí)... Total, que el mismo policía que allí había nos recomendó acercarnos a Anna, que estaba muy cerca y cumplía las características de lo que íbamos buscando.
Así lo hicimos. Salimos de allí, nos equivocamos de camino (perdimos algo más de tiempo), decidimos que mejor volver por el mismo camino, llegamos de nuevo a la autovía y desde allí, nos plantamos en los Lagos de Anna en un momento. Una vez dejas la autovía está bien indicado el camino. Eso sí, creo recordar que en las indicaciones dice Albufera de Anna (y no lagos). Anna está en la provincia de Valencia, pero yendo por autovía desde Alicante te plantas allí en un pis pas.
Cuando llegamos, en la carretera de acceso, un chico nos cobró la entrada. En temporada alta cobran 3€ por adulto y 1,50€ por niño (en temporada baja son 2 y 1). Ah, y dejan pasar perros. Ese día, venían con nosotros N, A y S, con su preciosa Samba. Mis hijos están enamorados de Samba, sobretodo los dos pequeños, y el animalito tiene una paciencia... Carla la pone de vuelta y media a la pobre. ;)
Total, que entramos, cruzamos la zona donde había más gente y aparcamos al fondo, una vez pasado el lago. Así teníamos el coche cerca de unas escaleras que bajaban al lago. Nos venía perfecto para descargar la mesa, las sillas y el montón de bolsas que llevábamos. Que yo no se por qué, pero cada vez que voy a pasar el día por ahí, acabo llevándome un montón de comida... Vamos, que comimos como si no hubiera un mañana.
La Albufera de Anna tiene un enorme lago central rodeado de árboles que dan una sombra estupenda. Creo que en el lago no está permitido el baño, o al menos nadie se estaba bañando allí, pero cerca de la entrada hay una cascada con una piscina seminatural donde sí está permitido el baño. El agua esta super fría, pero a los niños les daba igual. Yo me metí un rato y la circulación sanguínea debió dispararse de golpe. Es lo que tiene el agua de río, que está siempre fresquita. No es muy profunda, pero aun así hay que tener muy vigilados a los pequeños. Y tened en cuenta que no hay socorrista.
Consejo: No os olvidéis llevar los escarpines o unas cangrejeras. Aunque la zona de baño está adecuada, siempre es mejor prevenir que curar y llevar un calzado adecuado nos puede evitar resbalones, golpes o pequeños cortes. Y siempre, siempre, protector solar.
Junto a la piscina natural están los baños y un par de restaurantes. Los baños son pequeños y estaban bastante sucios. En mi opinión necesitan una reforma. De los restaurantes no os puedo decir porque nosotros llevábamos nuestra comida. Gente comiendo en ellos había poca aquel día. Solo pedimos unos cafés para llevar.
El lago es muy bonito. Hay patos y ocas. Los niños lo pasaron genial tirándoles pan. Está rodeado de pinos y plataneros. Tiene un par de chiringuitos en los que puedes tomarte algo, o incluso comer, mirando al lago. Zonas con columpios para los peques. Canasta para baloncesto. Algunas mesas de picnic.... Se pueden alquilar unas barcas para dar un paseo pero hay muy pocas y puede que tengas que hacer mucha cola. Fuimos a preguntar y no había disponibles hasta no se cuanto mas tarde. Se alquilan por media hora y creo recordar que cobraban 6-8 euros por barca.
Dentro del mismo recinto, hay una piscina municipal. Para acceder a ella también hay que pagar. Según la web del ayuntamiento son 2€ los mayores y 1,5€ los menores de 16 años que habría que sumar a la entrada del lago. La piscina tenía muy buena pinta, con vestuarios, baños, socorristas y un chiringuito. Estaba llenita de gente. Nosotros no entramos.
Comimos, dimos de comer, paseamos, nos bañamos, jugaron en los columpios, volvimos a comer, charlamos, reímos... Pasamos un día de lo más divertido y relajado. Este año volveré, seguro. Tengo ganas de llevar allí a los iaios, que seguro que les encanta.
Si quieres ver más fotos os las he dejado aquí.
Localización exacta:
Ver Con los niños en la mochila en un mapa más grande