Anna Karenina (Joe Wright, 2.012)
Ficha:
Título Original: Anna Karenina.
Director: Joe Wright.
Guionista: Tom Stoppard.
Intérpretes: Keira Knightley, Aaron Johnson, Jude Law, Domhnall Gleeson, Kelly Macdonald, Olivia Williams, Ruth Wilson, Matthew Macfadyen, Emily Watson, Michelle Dockery, Jude Monk McGowan, Holliday Grainger, Luke Newberry, Alicia Vikander, Susanne Lothar, Bill Skarsgård, Alexandra Roach.
Productores: Tim Bevan, Paul Webster.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Música: Dario Marianelli.
Montaje: Melanie Ann Oliver.
País: Reino Unido.
Lugares de rodaje: Inglaterra (Reino Unido); Kizhi, Karelia (Rusia).
Año: 2.012.
Duración: 130 minutos.
Edad: Apta para todos los públicos.
Género: Drama, Romántica.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.
Estreno: 15-03-2.013.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.
Calificación: 6,679.
Sinopsis:
Keira Knightley, nominada al Oscar, colabora por tercera vez con el director Joe Wright tras las galardonadas y taquilleras "Orgullo y Prejuicio" y "Expiación" en la épica historia de amor de "Anna Karenina", una adaptación de la clásica novela de León Tolstói llevada a cabo por el oscarizado Tom Stoppard ("Shakespeare enamorado"). La historia se desarrolla en los círculos aristocráticos de Rusia a finales del siglo XIX, ambientación original de la novela, y explora descarnadamente la capacidad de amar del corazón humano, desde la pasión surgida entre dos amantes adúlteros hasta el vínculo de una madre con sus hijos. Cuando Anna (Keira Knightley) cuestiona su felicidad, origina cambios en su familia, sus amistades y todo su entorno.
Crítica:
15-03-2.013 – JOSU EGUREN
Abajo el telón
Si "Expiación" fue celebrada como la mejor adaptación posible de la novela homónima de Ian McEwan, y "Hanna" recibió elogios por su relectura del repertorio clásico de los hermanos Grimm desde el punto de vista de un postmodernismo lúdico y extemporáneo, encontrarán lógica cierta decepción tras el primer contacto con esta suntuosa versión de "Anna Karenina", un ballet de imágenes abrumadoras que sepulta el espíritu realista de la obra de Tolstói en el embrujo de una poderosa orfebrería visual.
A favor: un diseño de producción preciosista que acota la acción en un espacio cerrado en el que los movimientos de cámara vencen con holgura la rigidez ampulosa de una puesta en escena teatral. En contra: que la artificiosidad de los movimientos de cámara ahoga el contraste entre la belleza de sus valses cinematográficos y los primeros planos a la angustia psicológica de sus personajes.
Desde luego que "Anna Karenina" no es un producto recomendable para los talibanes de la literatura decimonónica -está especialmente contraindicada para aquellos lectores que no perdonen la libertad con la que el guión deshoja caracteres tan elaborados como los de Kitty y Konstantín Lyovin-, pero se asumen como necesarios ciertos recortes que no afectan tanto a la estructura de la novela como los que perpetraron los guionistas de Julien Duvivier y Clarence Brown. El problema es que Wright equivoca el sentido de una puesta en escena que, lejos de servir para denunciar los hipócritas corsés morales de la alta sociedad rusa, suspende en un limbo de superficialidad la relación tormentosa del Conde Vronsky y Anna Karenina. Lejos de un modelo al que secretamente aspira -el "Capricho Imperial" de Josef Von Sternberg, infatuado por el recuerdo de "Cisne Negro"-, Joe Wright factura una película más lenta y pesada que la lectura en cirílico de una novela de más de 1.000 páginas.