Saga: Anna #1 de #2.
Autora: Kendare Blake.
Editorial: Alfaguara.
Páginas: 332.
Edición: Tapa blanda con solapas.
Nota: 8/10
Sinopsis: Cassio Lowood ha heredado una inusual vocación, la de matar a los muertos. Su padre también lo hacía, hasta que murió truculentamente a manos de un fantasma al que intentaba dar caza. Ahora, armado con el misterioso amuleto de su padre, Cas viaja por Estados Unidos junto a su hechicera madre y un gato que olisquea fantasmas. Siempre tras leyendas populares, intentan acabar con los molestos y crueles espíritus que se cruzan en su camino. Un nuevo caso les lleva a una ciudad en busca de un fantasma al que todos llaman "Anna vestida de sangre". Cas espera lo habitual: persecución, caza y matanza. Pero lo que encuentra es a una chica furiosa atrapada en una maldición, un fantasma distinto a todos los demás. Todavía lleva el vestido del día en que cometieron su brutal asesinato en 1958, un vestido que un día fue blanco y ahora aparece cubierto de sangre. Desde el día de su muerte, Anna ha asesinado a todo aquel que ha osado entrar en la casa abandonada que, una vez, fue su hogar.
Pero, por alguna razón, a Cas le perdona la vida.
Bilogía Anna:#1. Anna vestida de sangre.#2. Anna desde el infierno.
Opinión personal (sin spoilers):
Desde que supe la existencia de este libro en inglés, tenía muchas ganas de leerlo y el año pasado, lo recibí de regalo de cumpleaños. Así que cuanto este año salió su segunda parte, y en víspera también de la maratón lectora de este año, pensé en leerlos los dos de golpe, uno detrás de otro, para no perder detalles. Tenía un pelín de miedo, ya que las historias de miedo a mi no me suelen gustar demasiado, porque sufro mucho. Pero la verdad es que salí muy contenta de la lectura de Anna.
La trama es tétrica y oscura desde el primer momento y se mantiene esa oscuridad a lo largo de todas las páginas. Quizá, una persona que sea aficionada a las cosas de miedo y demás, no le asuste, pero a mi hubo ratos que consiguió ponerme la piel de gallina. Es una novela muy original dentro de lo que se está vendiendo ahora, además de muy ser muy distinta. A mi me recordó un poquito, por si alguien la ha visto, a la serie Sobrenatural. Además, como he dicho, el tema de los fantasmas hasta el momento por aquí ha sido poco explotado así que el libro para mi fue un soplo de aire fresco total.
Es un libro bastante fino, que además, tiene la letra bastante grande y se lee bastante rápido. Empieza ya con acción desde el primer capítulo, de hecho a mi me sorprendió ese inicio, pero es algo que se agradece el que la autora vaya al grano ya desde el principio. La autora tiene una prosa muy rica en detalles, cosa que llega a dar muchísimo juego y mucha vivacidad a la novela. Está muy muy bien escrita en cuanto a las descripciones en algunos momentos determinados. Y por si fuera poco, la novela arranca muy rápido y consigue enganchar al lector bastante pronto, cosa que también se agradece.
En cuanto a la ambientación y el aura que crea la autora alrededor de la historia, debo admitir que fue de lo que más me gustó. Kendare consiguió crear una historia oscura con sus detalles a la hora de describir ya no solo escenarios, sino algunas escenas sangrientas. A ratos incluso, tenía yo misma hasta escalofríos con la lectura del libro. Y me gusta que una autora me transmita tanto con su manera de escribir. Lo que sí debo decir, es que si hubieran cambiado solo un pequeño aspecto más del libro, podría haber sido perfectamente autoconclusivo. El final es semi-cerrado, deja una pequeñita puerta abierta para lo que es la segunda parte, pero eso que deja abierto, si lo hubiera cerrado (que no era muy complicado) podría haber sido una historia autoconclusiva igual de buena. Aún así, yo lo recomiendo, me gustó bastante, fue original y muy entretenido.
Un libro que a pesar de que podría haber sido autoconclusivo, está muy bien llevado también como bilogía. Es novedoso, entretenido y original, además de que el protagonista por una vez, es un chico. Si os gusta este tipo de temática, yo no lo dejaría pasar, porque merece mucho la pena.