Autor: Gavriel Savit
Traducción: Ana Mata Buil
Plaza & Janés, 2016
640 páginas
Sinopsis:
Cracovia, 1939. Un millón de soldados en marcha y mil perros ladrando. No es lugar para crecer.
Anna tiene solo siete años el día en que los alemanes se llevan a su padre, profesor de lingüística, durante la purga de intelectuales en Polonia. Está sola cuando se encuentra con el Hombre Golondrina, un astuto embaucador, alto y extraño, con más de un as en la manga, un impostor que logra que incluso los soldados con los que se cruza solo vean lo que él quiere que vean.
El Hombre Golondrina no es el padre de Anna -ella lo sabe de sobra-, pero también sabe que, como su padre, está en peligro y que, como su padre, tiene un don para las lenguas: habla polaco, ruso, alemán, yiddish e incluso el lenguaje de los pájaros. Cuando el misterioso individuo consigue que una bella y brillante golondrina se pose en su mano para que Anna deje de llorar, la niña se queda embelesada. Y decide seguirlo adonde vaya.
A lo largo de su viaje Anna y el Hombre Golondrina esquivarán bombas y soldados e incluso harán amigos. Pero en un mundo que se ha vuelto loco todo puede constituir un peligro. Incluso el Hombre Golondrina.
Opinión:
Impresión: Indiferencia
Creo que los libros que te dejan indiferente son los más difíciles de reseñar. Esta obra la tenía pendiente desde hacía mucho. No sé ni por qué la añadí a mi lista, pues no he visto que a ninguno de vosotros os haya entusiasmado. Seguramente fue por estar ambientada en la Segunda Guerra Mundial, un contexto que me apasiona.
Debería ser una obra con mucho sentimiento, pues pasan hambre, están huyendo constantemente, Anna no sabe si fiarse del hombre Golondrina, no se asientan en ningún lugar, ella carece de seguridad, familia y un hogar,... Pero entre el narrador en tercera persona y que Anna vive estas situaciones con la apatía de quien está acostumbrado a ello, pese a que en un principio no es así, no he sentido nada. Por ejemplo, ella estaba muy unida a su padre, pero nunca se la percibe triste por su pérdida ni echa de menos su vida anterior.
Además, me ha costado mucho situarme temporalmente, pues el tiempo es difuso. Entiendo que para los protagonistas también sea así, pero saber cosas como la edad de Anna o cuanto tiempo pasa entre determinadas cosas, me parece importante.
Quizás lo más decepcionante sea el final, demasiado abierto para mi gusto, pese a que la obra claramente no tiene continuación. Más que una historia completa he sentido como que la obra se centraba en un periodo de la vida de Anna, en la que se encontraba a este hombre, pero no siento que la narración de su vida esté terminada. Además, he quedado con muchas preguntas acerca del pasado del hombre Golondrina, que esperaba que se resolvieran.
En conclusión, ha resultado ser un libro que pasa sin pena ni gloria. Está bien narrado, pero no cuenta nada ni a nivel de contexto histórico ni a nivel reflexivo. Los pocos sucesos trágicos que hay están contados de forma aséptica, por lo que no logran emocionarte. Aunque el hombre Golondrina es un personaje interesante, se mantiene misterioso durante toda la obra; Anna, por su parte, no aparenta la edad que tiene. No me parece un libro que merezca la pena, y tengo claro que dentro de unos meses lo habré olvidado por completo.
Cosas que he aprendido:
- «Pedir algo a un desconocido es la forma más sencilla de asegurarse de que no te lo va a dar. Es mucho mejor mostrarle que eres un amigo en apuros».
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...2'5/5!
Primeras Líneas...