“Si nadie se molesta por lo que dices es que no has dicho absolutamente nada”. Aquí está el corazón del pensamiento del publicista que aplica esta y otras máximas a su día a día que ahora se transforma en un método de marketing registrado. Y como todo buen método cuenta con sus pasos de aplicación que, aunque huyen de la fórmula, a veces no pueden evitar sonar un poquito a autoayuda.
Pero sin lugar a dudas lo que más me ha gustado es la cantidad de ejemplos reales que desgrana para ilustrar sus teorías. Más de cien casos reales de marcas, personas, empresas que han logrado el éxito a base de molestar citados en incómodas notas a pie de página que hacen el libro tan inestable como su funambulística posición en la estantería.
En resumidas cuentas, Risto nos cuenta siempre lo mismo. Eso molesta pero, al mismo tiempo, vende. Así que el catalán ha conseguido su objetivo.