El PP ha procurado siempre aglutinar, en Andalucía y resto de España, todo el pensamiento conservador y de hecho ha trabajado para representar en exclusiva a la derecha política. Eso es un hecho que por un lado le beneficia, al recibir todo el voto que en un primer momento se repartía entre liberales (UL), demócratas cristianos (PDP) y centristas (UCD), rápidamente fagocitados por una Alianza Popular (AP) que se transformaría en el actual PP, pero que por otro le perjudica al representar los intereses de una clase social, en la que se integran terratenientes, caciques y una alta burguesía, que causa repudio entre los trabajadores y en áreas rurales. Combatir esa imagen sin dejar de monopolizar el voto de derechas es lo que marca la evolución en escaños del Partido Popular, hasta casi rozar la mayoría absoluta en la última legislatura.
Para empezar, el PP encara estas elecciones desde los cimientos de su actual mayoría parlamentaria -55 escaños- que debe, cuanto menos, revalidar. Todo lo que no sea repetir resultados será considerado como derrota, aunque luego se edulcore y matice con todas las justificaciones que se quiera. Si ni siquiera Javier Arenas, conocido hasta en el último rincón de Andalucía, pudo arrebatar el Gobierno a los socialistas empleando cuantas “artes” tenía a au alcance, el actual “rostro” de los Populares poco podrá hacer como no sea el empeño de intentarlo con la “devoción” con que lo hace. Está obligado a responder a la confianza depositada en él por quien lo señala con el dedo.
Y es que, no sólo ha de superar el problema del desconocimiento de su candidato y la impronta negativa de su gestión a nivel nacional, el PP debe además, por primera vez en su historia, luchar para que no le arrebaten votos otras formaciones que compiten por su electorado. Nos referimos a Ciudadanos, el nuevo partido emergente, junto a Podemos, que aparece con pujanza en el escenario político. Demasiados obstáculos como para que el Partido Popular, por mucho que baje Rajoy todas las semanas a apoyar a su candidato, pueda auparse en el poder en Andalucía. ¿O es posible?