Anonymous (Roland Emmerich, 2.011)

Publicado el 04 febrero 2013 por Rugoleor @rugoleor


Anonymous (Roland Emmerich, 2.011)
Ficha:
Título Original: Anonymous.
Director: Roland Emmerich.
Guionista: John Orloff.
Intérpretes: Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Joely Richardson, David Thewlis, Xavier Samuel, Sebastian Armesto, Rafe Spall, Edward Hogg, Jamie Campbell Bower, Mark Rylance, Derek Jacobi.
Productores: Roland Emmerich, Robert Léger, Larry Franco.
Fotografía: Anna J. Foerster.
Música: Harald Kloser, Thomas Wander.
Montaje: Peter R. Adam.
Países: Reino Unido, Alemania, Estados Unidos.
Lugares de rodaje: Studio Babelsberg, Potsdam, Brandenburg (Alemania).
Año: 2.011.
Duración: 132 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Drama, Histórica, Suspense.
Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España, S. A.
Estreno: 11-11-2.011.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 48.244.
Recaudación: 313.169,28 €.
Calificación: 5,889.
Sinopsis:
Ambientada en el nido de culebras político de la Inglaterra Isabelina, "Anonymous" especula sobre un asunto que durante siglos ha intrigado a académicos y brillantes mentes, desde Mark Twain y Charles Dickens, hasta Henry James y Sigmund Freud, esto es: ¿quién fue el autor de las obras de teatro atribuidas a William Shakespeare? Los expertos lo han debatido, se han escrito muchos libros y los eruditos han dedicado sus vidas a proteger o desacreditar teorías acerca de la autoría de las más famosas obras de la literatura inglesa. Anonymous presenta una posible respuesta, centrada en un momento en el que la intriga política de capa y espada, los romances ilícitos de la Corte Real, y las confabulaciones de avariciosos nobles hambrientos por el poder del trono, eran puestos a descubierto en el lugar más improbable: el teatro Londinense.
Comentario:
Con el fin del mundo convertido en el tema estrella de la ciencia ficción, uno de los hombres fuertes del género ha optado por un film de época. Con "Anonymous", Roland Emmerich plantea una película alejada de cintas como "Independence Day" para retratar las tribulaciones del conde de Oxford, un hombre que, en plena época victoriana, debe renunciar a sus deseos de escribir bajo su nombre a causa de su estatus. Emmerich deja a un lado el Apocalipsis, para posar su mirada sobre el misterio de quién está detrás de la obra de William Shakespeare.
Crítica:
17-11-2.011 – JOSU EGUREN
El enigma 'Shake-Spear'
Que Roland Emmerich se haya colado entre los 'candidatables' al Oscar, tras filmar una aberrante (y soporífera) profecía maya catastrofista, es un hecho que nadie debería pasar por alto. Sobre todo, quienes afirman que la autoría de las superproducciones no tiene tanto que ver con los nombres propios como con la política de los grandes estudios. ¿Quién es el autor intelectual del cine que se produce en Hollywood? ¿Chris Aronson, Brad Grey, los hermanos Weinstein?
Así las cosas, "Anonymous" aviva el eterno debate entorno a la obra y milagros de William 'Shake-Spear' desde un punto de vista que afloja su compromiso con la fidelidad histórica para amoldarse al patrón oro de los productos todoconsumo. Dicho de otra forma, Emmerich trata de afinar el carácter de sus 'dramatis personae' con la intención de abarcar un público masivo. Los personajes de "Anonymous" frecuentan los extremos (Prósperos, Yagos y Ricardos III sin matices) y, ni siquiera cuando el guion de John Orloff los compromete colocándolos en situaciones embarazosas (la doble paternidad de Edward de Vere/Rhys Ifans), acaban hundiéndose en el tempestuoso océano de la complejidad humana sobre el que se levanta la dramática de Shakespeare: valga como ejemplo Ben Jonson ("Volpone"), un personaje que se anuncia como el sosias espiritual de Salieri y no alcanza la categoría de simple caricatura.
Sin embargo "Anonymous" se maneja con agudeza en otros terrenos que nos conducen a la relectura de las tragedias clásicas a través de una mirada contemporánea. ¿Cuál es su pecado soberano? Agitar la palabra, señalando sus virtudes como arma política para, acto seguido, acotar el radio de acción de un discurso inflamable (el invierno de nuestro descontento con Wall Street y el FMI) colocando como cortafuegos una puesta en escena que linda con el esteticismo. Para finalizar, "Anonymous" es un brioso y fugaz entremés bastante recomendable, pero no busquen en él la respuesta a un enigma que se da por resuelto en el título.
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