Añoranzas y pesares

Publicado el 28 agosto 2019 por Carlosgu82

Absorbiendo el sentir de los días que no vi pasar,
abrázame niñez que te fuiste y no te pude detener,
corriendo y cantando al pollito ingles,
por los cálidos pasillos del ayer.
Aún saboreo la hogaza de pan con leche de media tarde,
lamiéndome los dedos viendo la lluvia caer,
mis piececillos escabulléndose al corral de Doña Aleja jugando al uno, dos ,tres ,
acaríciame consuelo que no debí crecer.
Se arrugó el corazón de la pequeña achinada cara Andina,
cuyo único reto era andar bicicleta sin rasgarse las rodillas,
deseo bajes del cielo y me cabalgues en tu regazo Don Jesús,
escuchemos la algarabía de loros al degustar merengada de cambur,
llévame a escanear el pueblo en el viejo auto azul,
y recemos juntos en la antigua capilla,
a todo pulmón el Ave María.
Méceme en tus brazos nostalgia latente, 
que ya no veo los morichales desde el puente,
las largas rutas ahora las recorre mi mente,
tratando de darle vida a mi Yo sonriente.
Esfúmate madurez que me manchas el rostro,
devuélveme mis mejillas coloradas de inocencia,
llévate el dolor del amor que conocí, 
y devuélveme mis fantasías repletas de pureza,
trágame aguacero y regurgítame en el Estadero,
déjame correr descalza en la fina arena blanca.
Rescátame pequeña con colas de pez, se ha nublado el camino,
edúcame con lo que yo era y regrésame lo que he perdido,
enséñame que olvidé porque se ríe sin razón,
recuérdame porque el amor de padres es el que merece perdón.