La especialista de ALUBA explicó que la anorexia nerviosa suele afectar a chicos a los que les cuesta comunicarse, ya sea porque son obsesivos pensantes perfeccionistas o tienen emociones inestables: “Cualquiera de las dos razones es una entrada para desarrollar la patología”.
Por otro lado, el acceso a las redes sociales y a la cultura de lo perfecto desde una edad muy temprana contribuye a que chicos vulnerables puedan desarrollar algún trastorno alimenticio: «Por supuesto que esto repercute en ellos. Es muy común que visiten sitios sobre estas enfermedades y se metan en un mundo muy oscuro por falta de criterio y madurez, sin darse cuenta de que todo es una propaganda «.
Aquellos que padecen anorexia nerviosa no asocian algunas actitudes que aisladamente no parecen ser importantes, pero que en su conjunto pueden conformar la patología alimentaria grave. De este modo, aquellas personas con este cuadro no reconocen estar enfermas, tienen un miedo intenso a aumentar de peso y se perciben como personas gordas. Estas tres razones básicas se potencian y dan como resultado una obsesión por adelgazar que no tiene límites.