"El cadáver del claro era el más fresco. Las moscas tardaron un poco más en descubrir los dos de la casa [...]. Fueron las primeras en llegar al escenario y, con el calor, se agolparon satisfechas mientras la sangre aún formaba un charco negro en las baldosas y en la alfombra.
[...]Sólo un corazón humano latía en un radio de un kilómetro a la redonda de la granja.
Por eso no hubo ninguna reacción cuando, en el interior de la vivienda, el bebé empezó a llorar."
El misterio llama de nuevo a mi puerta en la forma del libro el debut de la autora británica Jane Harper, quien ambienta su novela en el Australia donde se crió. En estos días he estado un poco enferma (por fortuna, ya estoy curada), así que su historia me ha hecho compañía en los momentos más insoportables. Me evadía, gracias a su lectura, del malestar físico, me trasportaba a la cálida Australia y a la misteriosa tragedia sufrida en Kiewarra, olvidándome por completo de la fiebre o del dolor de estómago. Ha sido mejor que cualquier manzanilla.
Años de sequía nos sitúa en el pequeño pueblo granjero de Kiewarra, en Nueva Gales del Sur. En el peor y más caluroso verano de su historia, la familia Hadler al completo es asesinada, a excepción de la más pequeña de sus miembros que es sólo un bebé. La policía determina muy rápido que se trata del típico caso de granjero al borde de la ruina que mata a toda su familia y se suicida. Aaron Falk, policía de delitos financieros y viejo amigo de la infancia de Luke Hadler, el asesino suicida, acude a su funeral por insistencia del padre de éste. La familia de Luke le pide ayuda, no creen que su hijo fuera capaz de hacer tal cosa. Falk, en contra de sus deseos, decide quedarse unos días más y tratar de averiguar si los Hadler pudieron ser asesinados o no por otra persona. Sin embargo, el pasado persigue a Falk en un pueblo donde las viejas rencillas y los rencores nunca se olvidan.
La intriga y el suspense envuelven el primer libro de esta autora, que se hace más y más adictivo por momentos. La prosa de Harper es muy rica y con gran sencillez te transporta al lugar que quiera. Te hace sentir que caminas junto a Falk recabando todas las pistas y rememorando su pasado. Logra crear una gran ambientación que nos envuelve y sumerge de lleno en la trama, que teje para el sediento lector de misterios y grandes interrogantes.
Cuando Falk era un adolescente, una de sus mejores amigas se ahogó en el río. Para muchos fue un suicidio, pero para su familia se trató de un crimen, un rumor que las malas lenguas se ocuparon de propagar. El polvorín estalló y muchos ojos acusadores se volvieron hacia Falk, e incluso Luke se vio salpicado.
Mediante flashbacks, vamos conociendo más a los jóvenes Falk y Luke, cómo era su amistad y qué les unía con la joven fallecida. Al mismo tiempo, el Falk adulto trata de darle sentido a un caso muy extraño y donde nada cuadra ni es lo que parece. ¿Quién podría haber hecho algo así? ¿Sería Luke capaz, después de todo?
Falk no estará solo en su investigación. Trabajará codo con codo con el recién nombrado jefe de policía de Kiewarra, el agente Raco, un tipo muy concienzudo al que tampoco le convence la teoría del suicidio con asesinato.
Este es para mí uno de los puntos fuertes de la novela, cuando Falk y Raco se conocen. En lugar de crearse hostilidad entre ellos, dado que Falk se está metiendo en una investigación que no le concierne, Raco termina accediendo de buen grado a trabajar con él. Se crea entre ambos una cierta camaradería y juntos hacen un equipo estupendo. Me encantaban las partes del libro en que trabajaban juntos.
En resumen, Años de sequía de Jane Harper es una novela negra adictiva, muy bien escrita, llena de suspense y misterio que se lee muy rápido y cuyo final no dejará indiferente a nadie. Os recomiendo encarecidamente a esta nueva escritora de misterio que viene pisando fuerte. ¡Mil gracias aEdiciones Salamandra por el ejemplar!
Argumento: Volver a Kiewarra, pequeña comunidad al sureste de Australia, es lo último que el investigador de delitos financieros Aaron Falk desea. Y no sólo por el sol abrasador y la sequía pertinaz que han dejado al ganado famélico, a los granjeros desesperados y a la población desquiciada, sino también por el temor a que su presencia reavive las heridas que su precipitada partida dejó abiertas veinte años atrás. Sin embargo, cuando le comunican que Luke Hadler, su amigo de la infancia, y su familia han muerto de forma violenta, presuntamente en un acto de parricidio y posterior suicidio, se siente obligado a regresar.
Recibido con manifiesta hostilidad, Falk se propone no quedarse más de un par de días, pero las súplicas de los padres de Luke para que intente aclarar las circunstancias de la muerte de su hijo harán que reconsidere su decisión. Así, mientras colabora de forma extraoficial con el sargento Greg Raco, el jefe de policía local, Falk se verá obligado a encarar los fantasmas de su oscuro pasado y a enfrentarse al odio visceral que todavía le tienen algunos vecinos del pueblo.