Años lentos, de Fernando Aramburu

Publicado el 24 agosto 2012 por Goizeder Lamariano Martín

Título: Años lentos Autor: Fernando Aramburu Editorial: Tusquets Año de publicación: 2012 Páginas: 219 ISBN: 9788483833803

Descubrí a Fernando Aramburu con El trompetista del Utopía, un libro que, como sabéis, me entusiasmó, al igual que su adaptación cinematográfica, Bajo las estrellas. En navidades intenté leer otra novela suya, Viaje con Clara por Alemania, pero fui incapaz de pasar de la página 90. Aun así, cuando en febrero me enteré de que publicaba nuevo libro, Años lentos, ganador en noviembre de 2011 del VII Premio Tusquets Editores de Novela, me entraron muchas ganas de leerlo, ganas que aumentaron todavía más cuando supe de qué trataba el libro. Así que cuando el 2 de julio lo descubrí entre las novedades de la biblioteca, no me lo pensé dos veces, me lo llevé a casa y lo metí en la maleta para leerlo en la playa en vacaciones. El protagonista es Txiki, un niño que con ocho años, en 1968, cambia su pueblo, en Navarra, donde deja a su madre y a sus dos hermanos, internados en la Casa de Misericordia de Pamplona, por San Sebastián, donde vivirá nueve años en casa de sus tíos.

Su tío, Vicente Barriola, a quien todos llaman Visentico, es un hombre callado, solitario, débil, que pasa sus días entre la fábrica de jabones en la que trabaja y la taberna, donde juega, apuesta y recibe las burlas de los vecinos del barrio de Ibaeta. Por el contrario, su tía Maripuy es una mujer de fuerte carácter, con las ideas claras, mandona y dispuesta a enfrentarse y plantarle cara a quien sea con tal de defender a su familia y preservar a los suyos de las habladurías, los chismorreos y las críticas del vecindario. Algo que le pone muy difícil su hija Mari Nieves, una joven de 18 años obsesionada con los chicos y el sexo, a quien todos en el barrio consideran una chica fácil y, sobre todo, indecente. Especialmente don Victoriano, el párroco del barrio, quien no duda en airear por todo Ibaeta los secretos que las vecinas le cuentan en el confesionario. Pero es Julen, el primo de Txiki, un joven independiente, que hace lo que quiere y cuando quiere, que no está acostumbrado a cumplir órdenes ni a dar explicaciones, un joven hosco y taciturno, que llena sus días entre la fábrica de cerveza en la que trabaja, los partidos de pelota, las apuestas y las juergas con sus amigos quien más sufrirá la alargada sombra del párroco y las convenciones sociales y religiosas imperantes en la época, los últimos años de la dictadura franquista. Durante las excursiones al monte que se repiten todos los fines de semana, don Victoriano inculcará a Julen Barriola y a otros jóvenes del barrio su amor, su pasión y su fervor por el País Vasco, su tierra, su paisaje, su cultura, sus tradiciones. Hasta tal punto los adoctrina que Julen, dividido entre la ignorancia y la esperanza, la necesidad y la ilusión de una Euskadi independiente, libre de la represión y las ataduras de la dictadura franquista, de la fuerza de una España representada por la brutalidad de los grises, acaba enrolado en una recién nacida ETA. De este libro me ha gustado todo: los personajes, tan reales, tan cercanos, tan humanos. La historia, real como la vida misma, cercana en la ambientación y al mismo tiempo alejada en el tiempo, aunque quizá no tanto como pueda parecer a simple vista. El estilo, claro, directo, que hace fluir la narración y ha provocado que las 219 páginas me hayan durado tan solo un día. Pero, por encima de todo, lo que más me ha gustado es cómo llega hasta el lector la historia de la familia Barriola entre 1968 y 1977. A través de las memorias del protagonista, narradas por un Txiki ya adulto, casado y con hijos, que por escrito se dirige a Fernando Aramburu, a quien pretende ayudar con sus recuerdos a escribir una novela. Estos recuerdos y anécdotas están narrados a lo largo de doce capítulos: Primera cena, El episodio de las nueces, La cosa más sagrada, Gritos en la bañera, El comienzo de la partida, En busca de un yerno, Dado azul, Los casaron, Devoción y frontera, La pequeña Julia, Un desenlace y Otro desenlace. Capítulos que se alternan con 39 apuntes del propio autor en los que Fernando Aramburu esboza cómo quiere narrar todo lo que le ha contado Txiki. De esta forma el libro, además de una magnífica narración y un maravilloso retazo de la historia reciente del País Vasco, nos ofrece la posibilidad de ser testigos de cómo la vida, los recuerdos, las anécdotas y la realidad se transforman en una novela, en capítulos, en ficción, en literatura. Y todo visto a través de los ojos de un niño de ocho años humilde, callado, solitario, obediente, ingenuo, inocente que después de nueve años intensos, duros, injustos, crueles, violentos, pero también alegres, divertidos, familiares, apacibles y, por encima de todo años lentos, muy lentos, se convierte en un joven de 17 años inteligente, despierto, audaz y, sobre todo, orgulloso de su familia, de sus orígenes humildes, de quién es y de quiénes son los suyos. Orgulloso de todo lo que le tocó vivir y presenciar en esos años lentos que nunca olvidará.