Como decíamos ayer… Me ha encantado Arrowsmith y quería anotar un par de párrafos que creo que le definen muy bien.
Algunas cavilaciones sobre su sino:
Ser un científico… No es solo un trabajo distinto, de manera que un hombre podría elegir entre ser un científico o ser explorador o vendedor de acciones o médico, rey, o labrador. Es una mezcla de emociones muy oscuras, como el misticismo, o querer escribir poesía; hace a su víctima completamente distinta del buen hombre normal. El hombre normal no se preocupa mucho de lo que hace, solo de que debe comer y dormir y hacer el amor. Pero el científico es profundamente religioso… es tan religioso que no aceptará cuartos de verdad, porque son un agravio para su fe.
Y el comienzo de una ardua investigación puede ser tal que así:
Regresó apresuradamente a su laboratorio de
la incubadora, que estaba en un cuartito del pasillo, y, poniendo el matraz bajo una luz fuerte, se aseguró de que no se había equivocado, que había visto bien. Preparó impaciente una placa del contenido del matraz y la examinó al microscopio. Solo descubrió sombras de lo que habían sido bacterias: delgados perfiles, la forma aún allí pero la sustancia celular desaparecida; minúsculos esqueletos sobre un campo de batalla infinitesimal. Alzó la cabeza del microscopio, se frotó los ojos cansados, se frotó el cuello reflexivamente… se quitó la guerrera, dejó caer al suelo el cuello duro, se desabrochó el botón de arriba de la camisa. Reflexionó:
-Aquí hay algo raro. Este cultivo estaba creciendo perfectamente, y luego se ha suicidado. Nunca oí que los bichos hicieran eso. ¡He dado con algo! ¿Qué ha causado esto? ¿Algún cambio químico? ¿Algo orgánico?
Como véis, hay grandes descubrimientos que nacen de una gran casualidad… Me ha encantado saber que los investigadores son “víctimas” de su propia investigación, pero lo de “campo de batalla infinitesimal” me ha dejado KO