Es un sentimiento que nos atormenta de niños y siendo adultos aún nos persigue... todos queremos sentir, amor, tranquilidad, alegría y, el sentimiento más supremo, que es la felicidad... pero miedo... ¿Quién quiere sentir miedo?.
Los errores nos enseñan, tal cual explico en mi post "Error = Aprendizaje", pero el miedo... ¿Qué nos aporta el miedo?.
Muchos dicen que el miedo es el mayor obstáculo. No lo digo yo... lo dice Google que tiene como 4.600.000 de entradas bajo esta búsqueda.
Pues voy a contradecir a Google. Da la casualidad que el miedo es bueno..., en su justa medida claro,... pues en un poco de miedo se encuentra un estado de ansiedad que nos aporta un "punch" adicional y nos mantiene alerta en todo lo que hacemos, empujándonos en esos retos que tenemos frente a nosotros. Es pues, uno más de nuestros aliados de cara al éxito.
El nerviosismo positivo es lo que te hace seguir adelante. Uno debe de saber que el temor forma parte del resto y, cuando se aprende a sacar partido, aprendes a apreciarlo como un elemento más de la experiencia. Es lo que hace fluir la adrenalina, te motiva y te ayuda a correr.
La rutina es una antesala de la desgana y una vez pasado ese nivel... tenemos muchísimas posibilidades de fracasar. Esto es extrapolable a cualquier ámbito de nuestra vida: personal, familiar, deportivo y, por supuesto, profesional.
Cuando estamos motivados por una meta, nuestra psique está en alerta por ese objetivo... y más nos vale que sea así... por muy seguros que estemos de nosotros mismos... porque la exigencia que requiere el reto juega en nuestra contra y si no lo compensamos con un nivel de "excitación", si no nos estimulamos para sacar lo mejor de nosotros mismos... no llegaremos o nos quedaremos más lejos de lo que podríamos haber llegado. Y ¿Quién es el culpable de que eso ocurra? pues simple y llanamente el miedo.
Un viejo proverbio chino dice "Cuanto más sé, más miedo tengo".
Hay un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde en cada uno de nosotros, hay un ser estúpido, asustado y maligno; y por oposición, otro acertado, valiente y benévolo, al mismo tiempo. Saber gestionar los teoricamente "malos" sentimientos que nos embargan y aprovecharlos en nuestro favor es uno de los mejores favores que podemos hacernos.
El miedo es el primero de ellos porque es el primero que nos pone en la antesala de nuestra antítesis vital, que no es otra que ser felices. Tener miedo, y no saber encauzarlo correctamente, usándolo de forma positiva, nos llevará a la frustración por no poder conseguido nuestros objetivos y, siguiendo el camino lineal..., acabaremos sumidos en la tristeza y la depresión. Y todo ¿Por qué? por no reconocer nuestras debilidades y aprender a utilizarlas de forma positiva. Todos tenemos miedo. Sí, todos. Nadie se salva sin excepción. Si algo que haces no te genera un mínimo de ansiedad, déjalo porque te has acomodado. Salir de tu zona de confort es lo mejor que te puede pasar. Si no tienes miedo de perder a tu familia, a las personas que amas, a tus amigos; es que no los valoras de verdad. Saber que no estarán siempre ahí, a no ser que los cuides, te ayudará a valorarlos y apreciarlos más y a sacar lo mejor de ti para ellos.
Por todo ello, no olvides que ese miedo y esa ansiedad son una gasolina que pone en alerta tu estado mental y físico. Puedes bajar la rampa de tu vida en punto muerto y dejar que caiga por su inercia o pisar a tope el acelerador. Tú eliges.