Remirando un dato en pillada de @frlorente
Laura, como su amiga y compañera Miriam, que es quien me la presentó, son la personificación de que hay esperanza en el futuro y de que ese futuro ya está moldeándose con rostro de mujer. No para, Responsable del grupo de Mujeres Jóvenes de CCOO de Madrid. Además es la responsable de Feminismos y Diversidades del renacido, no sin esfuerzos, Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid.Laura es educadora social y conoce muy de cerca el problema de la violencia machista ya que trabaja desde hace dos años en la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género de la Comunidad de Madrid. Leganense de 26 años decidió organizarse en las Comisiones Obreras junto a otras compañeras para denunciar su situación de precariedad en su anterior trabajo, en una ludoteca.A primera hora de la mañana, en una cafetería del castizo barrio de Las Letras ella saborea un Cola-Cao y yo, cosas de la edad, ingiero un té verde casi a modo medicinal. Entre sorbo y sorbo charlamos a cuenta de la huelga y movilizaciones del 8 de marzo, jornada que este año tiene pinta de convertirse en hito histórico.“La brecha salarial es otra forma de violencia machista”
P. Mujer y joven… ¿es realmente un coctel explosivo para introducirse en el mercado laboral?R. Aunque los varones jóvenes también tienen complicado el acceso al mercado laboral, nosotras sí padecemos una doble discriminación. En sectores feminizados, como el sociosanitario y los relacionados con los cuidados, se da la paradoja de que se nos exige una experiencia que lógicamente no tenemos y…, si no se nos contrata, nunca tendremos la experiencia.P. ¿Crees que entre la juventud y la adolescencia estamos viviendo un repunte del machismo?R. La solución del machismo debería encontrarse en la educación. Hasta que no se modifique el sistema educativo poco se podrá avanzar. Los datos son aterradores. En 2017 hubo 356 adolescentes detenidos por violencia machista, una cifra que se ha triplicado en los últimos diez años. Además, un 27 por ciento de jóvenes ven normal la violencia de género y una de cada tres mujeres jóvenes ven normal los controles de sus parejas, por ejemplo en el móvil. También aquí se da otra paradoja. Vivimos en un momento en que el debate del feminismo está en la sociedad, pero los datos nos dicen lo contrario.
Por una cuestión ideológica no existe un compromiso. Igual que se quiere acabar con los servicios públicos, se quiere acabar con las políticas de igualdad. La situación en la red de atención a mujeres víctimas de violencia de género de la Comunidad de Madrid es caótica: crecen los recortes, se reduce el personal, se externalizan los servicios en beneficio de empresas multiservicios que no son especializadas… es una cuestión de ideología, igual que lo es la ausencia de un Plan de Igualdad desde 2005.