ANTE EL GIGANTESCO BELÉN DE VITORIA
Todo el parque de La Florida se ha convertido en un bello y entrañable Belén. Lo he contemplado disfrutando de su encantadora belleza y gozosa paz, animados siempre con la presencia de numerosos visitantes, especialmente familias.
Pude hacerlo de modo personal y también de Monseñor Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, a quien agradezco su gentileza, al igual que a la acogedora ciudad.
Les animo a visitarlo guiados de las palabras de su simpático y profundo pregón. De igual modo, considerando la gran apuesta de Vitoria por el cuidado ecológico y patrimonial, les selecciono tres textos de la profética encíclica del Papa Francisco Laudato si donde se resalta la sensibilidad para captar la belleza, la custodia de nuestro patrimonio natural y cultural y el ejemplo de María y José.
¡Santa y feliz Navidad para toda la Ciudad!
José Antonio Benito
Pregón de Navidad: ¿Con qué figura te identificas? https://www.diocesisvitoria.org/blog/2016/12/03/pregon-de-navidad-con-que-figura-te-identificas/
A las siete de la tarde ha comenzado en la iglesia abarrotada de San Francisco de Asís en el barrio vitoriano de Zaramaga, el XXIX pregón de Navidad organizado por la Fundación Francisco de Asís y la Asociación Belenista de Alava.
El presentador del acto, Josu Sánchez, ha agradecido la presencia a todos los asistentes y ha dado paso al pregonero de este año, D. Juan Carlos Elizalde, que en pocas semanas vivirá su primera Navidad como Obispo de Vitoria. Tras su intervención, los asistentes han disfrutado del concierto del coro "Crescendo", compuesto por más de 50 voces infantiles, dirigidas por Inma Arroyo.
Monseñor Elizalde ha comenzado su intervención explicando que el Belén nos habla de que en un momento concreto de la historia, Dios se hizo hombre.
Esto tiene dos consecuencias:
La primera: ¡Qué importantes somos nosotros! Ortega y Gasset decía: si Dios se ha hecho hombre, ser hombre o mujer es lo más importante que se puede ser. Dios se hizo hombre, para hacer al hombre Dios. Cuando estamos en la naturaleza, solemos decir que sentimos a Dios cerca. Mucho más cerca está cuando estamos con las personas.
La segunda consecuencia: ¡Cuánto nos quiere Dios! Dios se ha hecho hombre para asumir nuestra condición y rescatarnos desde dentro. Para eso entregó a su hijo. Dios se vacía en este Niño. La ternura de Dios se nos da en este Niño.
Ante el Belén, que ocupa la parte central de la iglesia de San Francisco, el Obispo de Vitoria ha lanzado un reto a los presentes: "Os propongo encontrar vuestro personaje… ¿Con qué figura te identificas por tus circunstancias vitales?" A partir de este momento ha ido desentrañando, personaje por personaje, cuáles son las características, la misión y el envío de cada uno de ellos.
Los Ángeles anunciaron en primer lugar a la Virgen. Y, ya en Belén, a los pastores. El anuncio es la vocación de ayudar y despertar esperanza. "Si te das cuenta de que a tu alrededor no hay mucha alegría ya tienes esa vocación", ha afirmado el Obispo para a continuación preguntar: "¿Y a quiénes anuncia el ángel…? A los pastores, que eran los últimos de esa sociedad. Sólo en la medida que tengamos algo de pastores, tendremos Salvador. Y sólo en la medida en que tengamos las manos vacías de otras cosas, podremos recibir al Niño".
Después ha llegado el turno de los Reyes Magos, quienes salieron de oriente "de su comodidad, de su zona de confort" para buscar al Niño. Lo hicieron siguiendo la estrella, y también la perdieron. "Tener una vocación es en ocasiones tener una estrella, perderla y recuperarla siguiendo otro camino" ha proseguido Elizalde.
La figura de José también nos habla de una misión y un envío. "En los momentos difíciles, el ángel se dirigía a él en sus sueños. Los sueños son aquellos momentos de nuestra vida que no podemos controlar, que no podemos decidir. Es ahí donde nos habla y actúa Dios".
Y qué decir de la figura del Niño Jesús. "Dios se ha hecho hombre en ese Niño. Amigo y compañero para toda la vida. Ya nadie sufrirá solo. Nos acompaña desde dentro".
De este análisis no se han librado siquiera las figuras de la mula y el buey. Estos animales son el signo de la humanidad inconsciente, que estando junto al misterio del Belén, no se entera de nada. "Os digo que aunque esta Navidad de 2016 nos encuentre como a la mula y el buey; con tal de que estemos donde tenemos que estar, celebrando con quienes tenemos que celebrar, acompañando a quienes tengamos que acompañar, seremos Bendición del Señor", ha concluido el señor Obispo.
LAUDATO SI, Papa Francisco
97. El Señor podía invitar a otros a estar atentos a la bellezaque hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro.
143. Junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico, artístico y cultural, igualmente amenazado. Es parte de la identidad común de un lugar y una base para construir una ciudad habitable. No se trata de destruir y de crear nuevas ciudades supuestamente más ecológicas, donde no siempre se vuelve deseable vivir. Hace falta incorporar la historia, la cultura y la arquitectura de un lugar, manteniendo su identidad original. Por eso, la ecología también supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad en su sentido más amplio. De manera más directa, reclama prestar atención a las culturas locales a la hora de analizar cuestiones relacionadas con el medio ambiente, poniendo en diálogo el lenguaje científico-técnico con el lenguaje popular. Es la cultura no sólo en el sentido de los monumentos del pasado, sino especialmente en su sentido vivo, dinámico y participativo, que no puede excluirse a la hora de repensar la relación del ser humano con el ambiente.
241. María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundoherido. Así como lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder humano. Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza. Es la Mujer « vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza » (Ap12,1). Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, parte de la creación alcanzó toda la plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en su corazón toda la vida de Jesús, que «conservaba» cuidadosamente (cfLc2,19.51), sino que también comprende ahora el sentido de todas las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios.
242. Junto con ella, en la familia santa de Nazaret, se destaca la figura de san José. Él cuidó y defendió a María y a Jesús con su trabajo y su presencia generosa, y los liberó de la violencia de los injustos llevándolos a Egipto. En el Evangelio aparece como un hombre justo, trabajador, fuerte. Pero de su figura emerge también una gran ternura, que no es propia de los débiles sino de los verdaderamente fuertes, atentos a la realidad para amar y servir humildemente. Por eso fue declarado custodio de la Iglesia universal. Él también puede enseñarnos a cuidar, puede motivarnos a trabajar con generosidad y ternura para proteger este mundo que Dios nos ha confiado.