Todos con Leo. Messi volvió a convertir en la victoria del Barcelona.
Las intenciones a veces delatan la personalidad de un equipo. Hace un par de días, exactamente el miércoles, el Real Madrid empató con el Villarreal dejando una imagen mala, quejándose de ‘robo’ por las expulsiones de Sergio Ramos y Özil. Esta tarde, el Barcelona pasó por lo mismo pero en vez de quejarse pensó en seguir atacando y lo terminó liquidando con un gol de ¡Piqué¡. Cosas del fútbol, cosas de estilos.
Con varios suplentes por el choque de ida ante el Milan por la Champions League que jugará el miércoles los de Pep Guardiola comenzaron el partido ante el motivado Mallorca con el mismo estilo de siempre: el de la pelota en su poder. Con un Messi más de mediapunta que nunca -con Alexis y Pedro de puntas-, el Barça era amo y señor del partido ante un local que sólo atinaba a recular en el fondo y buscar espacios de contra.
Pero el gol no llegaba y los minutos seguían corriendo. Hasta que apareció un tiro libre de Messi que nadie (?) tocó y Aouate no supo responder para impedir que el argentino siga sumando y sumando gritos.
Todo parecía marchar sobre ruedas para un Barcelona que con ese resultado se ponía a tres puntos del Madrid, antes de que el líder goleara a la Real Sociedad y recuperara la distancia. Pero llegó la inentendible expulsión de Thiago por una mano inexistente y el partido dio un vuelco tan grande que el local empezó a inquietar a un Barcelona que sufría por las bandas. Pero nunca dejó de atacar y así llegó el merecido premio, con un Piqué aprovechando el rebote en el palo tras un remate de Messi y sentenció la historia.
Dos arbitrajes polémicos y una reacción bien distinta. El Madrid sigue líder y el Barcelona siendo fiel a su ideología: la de jugar siempre.