Revista Salud y Bienestar

Ante la ineficacia del Ingreso Mínimo Vital surgen los movimientos ciudadanos

Por Pedirayudas @Pedirayudas

Arancha reside en Toledo es madre de dos hijos. No recibe ayuda alguna del padre, al comienzo de la pandemia percibía 326€ de subsidio por desempleo, llevando desempleada desde diciembre de 2019.

En junio solicitó el IMV, y en agosto le requirieron documentación previamente ya aportada. La volvió a entregar y a día de hoy no ha recibido más notificación que el estado que aparece como "en estudio del derecho".

El subsidió se le agotó en agosto y lleva desde entonces sin ingresos. Debe hipoteca, recibos de luz y agua, teléfono, etc. Y recibe alimentos de Cruz Roja y Cáritas.

M. M. nos cuenta que su marido es autónomo, al cual no le iba muy bien, pero iban pagando. Con la pandemia se quedó sin trabajo. Cuentan con 120 € al mes como únicos ingresos.

Tienen cuatro hijos menores. Tenían una orden de desahucio que se encontraba por paralizado seis meses, sin embargo salió el juicio y tienen que abandonar el domicilio. En diciembre es posible que les retiren a los menores si se encontrasen en situación de calle.

Solicitaron el IMV en Julio y aún no tienen respuesta. Además no puede solicitar ninguna ayuda más hasta que le resuelvan el IMV. Se sustentan con ayuda de Cáritas y Cruz Roja.

V.A. reside en Gerona y es Familia monomarental con dos hijos a cargo. Víctima de violencia de género. Antes del confinamiento estaba trabajando, pero desde que se declaró la pandemia dejó de trabajar. No tiene ningún ingreso.

Solicitó en IMV en junio y aún no tiene respuesta. Al parecer no le corresponde otra ayuda debido a que se mudó de localidad en enero de 2020 y debe tener una antigüedad de 1 año de residencia.

Debe cuatro meses de alquiler y el arrendador le ha denunciado, tiene el juicio en enero. La única ayuda que recibe es de amigos y familiares.

El laberinto burocrático

Ante las últimas noticias del Ingreso Mínimo Vital (IMV) , estamos viendo cómo existe un malestar generalizado en la población, debido al laberinto que supone solicitar y conseguir una resolución de la prestación.

A lo largo de los meses hemos ido publicando artículos explicando todas las noticias que iban apareciendo de actualidad, tratando de mantener a nuestros usuarios lo más informados posible. Sin embargo, por más que tratemos de informar y de solventar las dudas que se nos plantean en la medida de lo posible. No podemos evitar que aquellos que han solicitado en IMV sientan una profunda desesperación por todo lo acontecido.

No son pocos los casos que nos contactan planteando su crítica situación, si no que nos enfrentamos a un alto porcentaje de personas con graves carencias de ingresos que llevan esperando meses una resolución que parece nunca llega.

Los problemas del Ingreso Mínimo Vital

Desde que se puso en marcha la prestación del Ingreso Mínimo Vital, se han ido sucediendo una serie de problemas y complicaciones en el camino que, a día de hoy, apenas se han solventado.

Aunque, como ya hemos mencionado antes, durante estos meses hemos ido informando de todo lo que ha ido aconteciendo, vamos a proceder a enumerar de manera resumida los puntos importantes que muestran el erróneo y deficiente procedimiento que la administración está llevando del IMV.

  • Desde un comienzo el IMV se lanzó de manera precipitada, con una gran falta de información, tanto a la población como a los empleados de la administración. Hubo una gran saturación de la Seguridad Social desde el primer día. Tanto la sede electrónica como las líneas telefónicas estaban colapsadas y era muy complicado que la ciudadanía resolviese sus dudas a la hora de realizar la solicitud. Lo que, posteriormente dio lugar a que las solicitudes estuviesen incorrectas o faltase documentación.
  • Se lanzó en un momento en que no se podía pedir de manera presencial la documentación que se requería, como el empadronamiento, certificados del SEPE, etc. Cabe destacar que la mayoría de la población no contaba con certificado electrónico ni cl@ve para poder descargárselos vía online. Esto produjo mayor colapso a las administraciones correspondientes de cada documentación requerida.
  • Salieron a la luz testimonios de ex trabajadores de la subcontrata que se encargaba de tramitar las solicitudes, en los cuales se relataban grandes carencias en cuanto a la formación recibida y los recursos disponibles para el teletrabajo. También denunciaron irregularidades a la hora de la designación de los estados de la prestación, retrasando presuntamente su tramitación.
  • Al inicio de la prestación, se anunció un plazo de tres meses para la resolución de las solicitudes. Ante el aluvión de solicitudes recibidas, y la falta de personal disponible, se hizo una ampliación del plazo a seis meses, y por consiguiente, se alargó el tiempo de espera sin respuesta.
  • Ante las numerosas trabas producidas por los requisitos establecidos, (muchos resultaron ser excluyentes, incumpliendo el propósito de llegar a la población necesitada), y la dificultad para conseguir la documentación requerida, se anunciaron modificaciones que prometieron facilitar la tramitación de la ayuda y agilizar los tiempos de espera. A día de hoy aún no se ha visto que estas modificaciones hayan cumplido dicho propósito.
  • Entre esas modificaciones, se determinó que el IMV se ligara a las rentas mínimas de inserción de las distintas comunidades autónomas. En principio pareció una idea coherente. El problema llega cuando este paso está retrasando y mermando los derechos de los perceptores de las RMI, ya que se les exige que para acceder o mantener las RMI soliciten también el IMV. Esto no es un gran problema para los perceptores de la RMI. Pero si lo es para los nuevos solicitantes, ya que hasta que no reciban la resolución del IMV no podrán acceder a la RMI, dejando a estas personas sin ingresos por parte de ninguna de las dos prestaciones.
  • De entre las escasas solicitudes aprobadas, hemos detectado que muchas de las cuantías concedidas resultan irrisorias. Son insuficientes para garantizar que se puedan cubrir las necesidades básicas de una persona y de su familia.
  • En las últimas semanas se han producido denegaciones de forma masiva. En muchos casos inexplicables, ya que en teoría estas personas cumplen con los requisitos. Parece ser que puede tratarse de un error ante el intento de aliviar el porcentaje de solicitudes pendientes.
  • Otro fenómeno ocurrido en las últimas semanas ha sido el del cambio de los estados de solicitud en la sede electrónica de la Seguridad Social. A los usuarios que llevan durante meses esperando les ha comenzado a cambiar el estado, creando mayor confusión, ya que ninguno de ellos viene con mayor información ni instrucciones. No dejan claro el significado de los estados, por lo que no solo no son buenas noticias, si no que están creando múltiples dudas e incertidumbres en la población solicitante.

Movimientos ciudadanos digitales

Han pasado más de cinco meses desde el lanzamiento de la prestación del IMV. Y como hemos podido comprobar, queda mucho por mejorar en todo lo que concierne a esta necesaria ayuda.

Hasta el momento, ha traído más aspectos negativos que positivos, y está muy lejos de cumplir con lo prometido. Es comprensible que la puesta en marcha de una prestación de esta envergadura no se construya de la noche a la mañana. Pero teniendo en cuenta el contexto de pandemia mundial que estamos viviendo, la gestión del Gobierno está dejando mucho que desear. Y no se encuentra a la altura de las necesidades de la población.

Y debido a esta situación los movimientos ciudadanos están cobrando mas protagonismo. Movimientos que debido a la pandemia y las restricciones sanitarias, se organizan desde las redes.

Una de estas plataformas ciudadanas es la Asociación de Victimas del Paro, desde la cual su presidente Joaquin Garcia, organiza desde diversos grupos de Facebook para lanzar peticiones al gobierno y acciones sociales. Buscando opciones y alternativas, para mejorar el IMV y también proponen planes para reactivar el empleo.

Otro ejemplo es el nuevo movimiento de Afectados por el Ingreso Mínimo Vital. Con el que recientemente contactamos a través de su administradora Vanessa Fairley y nos explico las complejas situaciones que viven muchos solicitantes, que esperan esta necesaria ayuda desde su puesta en marcha el 15 de junio.


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