Ante meridiem

Envía un artículo; me decía, tome mis anteojos de niña buena y ahogue sobre la pantalla toda toda mi visión periférica, Estuve leyendo tantos retazos de relatos; cortos, viejos y largos.  La casa estaba sola, llena de perolitos navideños…  Leì algo del aquel poeta con sus cinco mil amigos casi extranjeros.  Sus palabras rebuscadas me inspiraron, como el bien sabe.  ¿Quien es? sólo yo  sé ; pero…. ¡Pero cuantos poetas hay en este mundo!  algunos están colgados en las habitaciones  mas sencillas dentro de rigurosos marcos de madera… otros se esconden detrás de las notas mas pacificas de las canciones.  La soledad esculca el alma, dándole la vuelta, para verter todas las frases que algo significan…  El dijo:  ¡No todos son poetas!  Yo digo todo lo creado es poesía.  Tus ojos son poesía y el lunar de algún lugar… y el eco de una risa genuina.  Hasta los labios se visten de frutas cuando les provoca y el amor es un testigo de tu existencia.

Las palabras hierven en los dedos hasta que no se aguantan y salen temblorosas desde la  «guaira» con sus explicativos nudillos de acero.   La risa se asoma desprevenida desde el recuerdo, con sus vagos tonos de antaño desde su cajita de cuentas cuadradas.   La vida se explica sobre la marcha… y todos nos movemos por esa gran fuerza, que no es tuya ni es mía, que nos usa y nos hace felices y que a veces nos permite ser arrogantes.  Que nos contrae el corazón y lo pone a tono con las circunstancias,diciéndole al tiempo que nos deje ser… Toma tu musa y añade tu verso… M.F/A.E.