Jueves 21 de agosto
Page, puerta de la reserva india de los navajo, es una localidad sin ningún tipo de interés creada para albergar a los obreros que en 1957 construyeron la presa y el embalse Powell y para más tarde servir de vivienda a los trabajadores de la planta eléctrica, que todavía sigue funcionando. Hoy en día es un buen punto de partida para ver las maravillas que alberga a su alrededor.
Para llegar a Antelope Canyon hay que seguir la carretera 98 dirección Kayenta, no hay señales que lo indiquen hasta que quedan pocos metros. Para acceder al parque hay que pagar 8$ por persona (la American the Beautiful no sirve aquí debido a que esta zona la gestionan los navajos directamente y no el estado) y la entrada es solo válida para un día. Únicamente los días de tormenta o fuertes lluvias por la zona, se cierra por seguridad. El peligro de crecidas pueden tener terribles consecuencias como ya pasó en 1997, cuando murieron varios turistas
El Antelope Canyon es un espectacular desfiladero de arenisca roja que la erosión ha ido creando, esculpiendo unas formas en la pared espectaculares que cambian de color según como entre la luz. Las horas del mediodía, cuando el sol está más alto es cuando mejor se ven estas formas y los mejores colores, también es cuando más cara es la visita.
Hay que distinguir dos partes de cañón con visitas independientes.
Para visitar el Upper Canyon Antelope hay que contratar los servicios de los navajos o una agencia (más caro para hacer lo mismo) ya que para acceder hay que recorrer un camino impracticable y de acceso privado que solo puede hacerse en 4×4. Es más turístico que el Lower y hay que ir a primera hora de la mañana para reservar horario, y se nota también en el precio, 40$ por persona en los horarios con la mejor luz; abusivo. La visita transcurre por un estrecho cañón, muy bonito, pero con muchísima gente. Yo, personalmente, recomendaría visitar solo el Lower Canyon Antelope, mucho menos atestado de gente y visita más larga por un cañón que se accede desde arriba, al contrario que el Upper, por un sistema de escaleras metálicas. También se requiere que un navajo nos acompañe, pero el precio son 20$ por persona y niños gratis. Nuestro guía, un navajo trabajador en la planta eléctrica ya jubilado nos iba mostrando desde donde conseguir las mejores fotos. Nosotros disfrutamos mucho más el Lower, con diferencia.
A pocas millas, dirección Flagstaff, se encuentra uno de los meandros del río Colorado más espectaculares, el Horseshoe Bend. Desde el parking una caminata de unos 15 minutos nos lleva hasta el mirador situado en un acantilado sin ningún tipo de protección. El río de un color verde esmeralda, contrasta con el promontorio rocoso por donde el río se retuerce. Es una imagen que no tiene precio.
Por la tarde, después de comer un ligero picnic en el patio del hotel, fuimos a pasar la tarde a orillas de lago Powell, desde donde vimos atardecer mientras nos dábamos un baño y Ariadna jugaba con la fina arenisca de la orilla.
Y para acabar el día, hamburguesas y filete en la barbacoa del Debbie’s Hide a Way, genial para descansar de restaurantes y fast foods.