Quizás antes de Amar a otro Ser Humano (si es que se presenta el Amor sincero ante nosotros…), debamos aprender a Amar de verdad primero en propia experiencia…
Eso se aprende, SI.
Se aprende durante nuestro Camino de Vida, con la propia experiencia de Amor hacia nosotros y al otro, con las experiencias vividas con otros, con el tiempo, con la madurez y con Conciencia…
Sólo al amarnos tal y como somos, respetarnos, siendo autentic@s, escuchándonos profundamente, haciendo humildemente nuestro propio trabajo personal de crecimiento interior, alineándonos con nuestro propósito de vida y observando más detenidamente las oportunidades y los regalos (a veces camuflados) que nos presenta la Vida, podemos aprender a Amar verdaderamente al otro, a través de nuestra propia experiencia con nosotros mismos…
Aprender a comprendernos y amarnos tal y como somos, aquí y ahora, como Benditos Seres Humanos que somos cada cuál haciendo lo mejor que sabe y puede su camino, cada cuál a su ritmo y manera, la única en que se puede caminar el propio camino…
Hacen tanto daño las expectativas acerca del otro…, los “deberías” ser así o asá…, de esta u otra manera…, si tan sólo (él o ella) fuese un poquito más…”x”, es que… mira lo que me hace, o no me hace…
…
Cuando hay juicios y expectativas sobre el otro, no hay verdadero Amor…
El verdadero Amor ama lo que es aquí y ahora, sin Mente de como debería o no debería ser, sin expectativas de futuro o ideas del pasado (todas personales, no reales), amas o no amas, sin condiciones…
Lo que es verdadero “Es” tal y como es en el preciso momento en que “Es” real…
Amar a otro Ser Humano no contempla expectativas acerca de cómo debería Ser el otro o nosotros, para que cuadre en nuestra IDEA del Amor…
Y si, digo IDEA, por que ya tan sólo eso denota Mente, denota Ego, ideas preconcebidas, estructura propia personal que nada tiene que ver con el otro y menos aún con el Amor…
Cuando el Amor de verdad se presenta ante nosotros, si es Amor, amamos a la persona tal y como es, en su totalidad, con sus “cosas” como todos nosotros, sin querer cambiarla o esperar nada de él o ella…
Así, tal cual es…
Cierto es que la convivencia es otro tema aparte en el que no resulta tan fácil sujetar o “domesticar” el Amor para que responda a nuestras expectativas comunes en el día a día…
y cierto es también que primero hemos de estar preparados nosotr@s mism@s, para poder Amar bien, sin obstáculos, ni excesivas toxicidades personales, con limpieza personal y cierta sabiduría interna adquirida día a día, experiencia a experiencia en nuestro propio camino, respetando el camino de los demás con Amor y Comprensión, tanto hacia ell@s como hacia nosotr@s mismos…
Porque el Camino siempre es dual, dentro y fuera, yo y el otro…
No sólo lo mío, no sólo lo tuyo, si no más bien lo de ambos en relación…
Todo en la Vida está ínter-relacionado, todo tiene su principio y fin, su causa y efecto, su aprendizaje propio y ajeno…
Y como bien dice Olivia Cattedra:
“Si, arriba todo somos Uno, pero abajo hay que ser prolijo (ordenado)”.
Atento, Consciente, cuidadoso, bondadoso, comprensivo, sincero, auténtico, sutil, sensible, perceptivo, abierto, con escucha profunda (no sólo superficial) y sin reacción automática emocional (no tan fácil), sino expresión real de nuestro Sentir profundo, y sobre todo…, con
PLENA CONSCIENCIA
y TOTAL PRESENCIA,
con uno mismo y con el otro,
añado yo…
¿Cómo podemos pedir a otro el Amor que nosotros aún no sabemos darle?
El trabajo está una y otra vez, (en toda Relación que mantengamos), dentro de nosotros mismos y fuera, observando cuidadosamente lo que nos trae la Vida y para qué, qué nos quiere enseñar la vida, que hemos aún de aprender…
Y así poder fluir momento a momento, paso a paso, creando cada instante de forma Consciente, aquí y ahora, sin juicios pasados o expectativas futuras… pues todo cambia y nada es ni será exactamente igual en el devenir y fluir del río de la Vida…
Por Anabel Cabrera