Antigua Cajonera Restaurada

Por Elisa Gómez Fernández
En alguna otra ocasión os he hablado de mi abuelo. Pero me vais a permitir que os lo vuelva a presentar. Mi abuelo se llamaba Manuel, el pequeño de 13 hermanos, se criaron con su madre, la bisabuela Elisa, mujer de mucho temperamento según contaban. Su padre murió pronto. Mi abuelo era sevillano y a la edad de 12 años se trasladó con su familia a  Huelva. Fue a la escuela y al Ateneo a estudiar dibujo. Rondaban los años 20 de pincipios del siglo pasado. Lo que más le gustaba era el trabajo artesano de carpintero y a eso dedicó su vida. Todos los muebles de la casa de mis padres y los que habían en la suya,  fueron hechos por él. En una carpintería donde se trabajaba la auténtica madera, sin maquinarias modernas y todo realizado artesanalmente. Fué un magnífico artista y trabajador nato.
Hace algunos años mi madre me dió una comodilla ( así se llamaban antiguamente las cajoneras de los armarios empotrados), de cajones de madera maciza que yo metí dentro de un armario del dormitorio de mi Alicia. Ahí ha estado mucho tiempo dando su utilidad. Pero en las casas todo va cambiando y ahora, a mi hija le hacía falta  el armario para colgar abrigos, almacenar zapatos etc; ya os imagináis la cantidad de ropa que siempre tenemos. 
Y aquí surgió el problema: ¿ Qué hacemos con las comodillas? De ninguna manera queríamos deshacernos de ellas, pero no encontrábamos dónde colocarla. La solución era transformarla en un mueble para el salón. 
Dicho y hecho, busqué la forma y materiales necesarios, y de estar guardada, ha pasado a lucir en el salón de mi casa. Yo creo que mi abuelo, estará contento. 
Así ha quedado.

Así estaba.

MATERIALES NECESARIOS
  • pintura a la tiza ( chalk paint )
  • barniz al agua 
  • molduras de madera
  • pintura acrílica de color dorado antiguo
  • serrucho
  • lijadora eléctrica o una lija de grano fino
  • papel decorado ( para empapelar paredes)
  • pegamento para el papel
  • cola de carpintero
REALIZACIÓN
Lo primero que hice fue quitar unas tachuelas que adornaban los cajones pues estaban deterioradas. Lije lijeramente todo el mueble con lija de grano fino.  Corté las molduras y las pegué con cola de carpintero . 

Cuando las molduras estuvieron bien pegadas, las pinté en dorado viejo y alterné la pintura a la tiza con el barníz en los cajones.

Los laterales los decoré con papel pintado muy de moda, para darle un aire nuevo y diferente.

No tieres, piensa en restaurar tus muebles, pues seguramente podrás darles una segunda oportunidad y nueva vida. Además de la satisfacción de hacerlo por ti misma.