Antoine Renault es todo un experto en el arte del chapuzón

Por Potoppitta @Potoppitta

No puedo traerte ni el mar, ni una piscina, pero con la que está cayendo, creo que no te vendría nada mal pegarte un buen chapuzón en las pinturas de Antoine Renault. Que sí, que no es lo mismo. Que a no ser que me estés leyendo desde el baño de una piscina ahora mismo puede que me quieras extrangular… pero oye ¡al menos puedes refrescarte la vista un rato, ¿no?!

De hecho, así fue como empezó a pintar Antoine Renault: estando obligado a refrescarse la vista. Bueno, él se podía bañar, pero no podía hacer lo que más quería: windsurfear. No hacía viento. Fueron unas vacaciones como las que cualquier bañista querría: sol, buen tiempo, sin nubes… Vamos, un anticiclón de la hostia. Y el pobre crío, sin poder hacer surf. Tenía a la familia hasta el mismísimo con tanto quiero que haga viento, quiero que haga viento. Así que, un día, su abuela (que siempre estaba pintando) le dijo anda niño, cógete unos pinceles, un lienzo y cierra un poquito la boca, osú. El osú también lo dijo ehn, que eso es muy típico de los franceses, ¿no ves que hay que poner morritos para decirlo? pues eso.

Total, que ¿para qué más? Antoine se dio cuenta de que si por algo le gustaba el surf era por el mar ¡¡bendito mar!! Y desde entonces, el agua es su musa eterna, la que siempre está presente en sus pinturas, intentando que le devuelva a su hogar, a su casa, a su isla de Nourmoutier en la que le obligaron a pintar.

Empezó con óleo y pasteles pero, con el paso del tiempo, se armó de valor y empezó con los acrílicos y acuarela. En su Facebook suele colgar fotografías del proceso que sigue al pintar sus obras. De hecho, muchas empiezan precisamente así, con una fotografía. El verano pasado, por ejemplo, se fue a otra isla, esta vez un poco más lejos, en Grecia. Allí, en la Isla Amorgós, el francés se puso en modo hormiguita y estuvo recolectando inspiración para el invierno (como puedes ver en las fotos).

Antoine hizo su primera exposición en 2011 y poco a poco fue alcanzando una fama internacional. Ahora, sigue pintando y visitando a su abuela que, a sus 108 años continúa pintando y oliendo a esa trementina que un verano Antoine quiso evitar.

[ Oye, que yo también soy un poquito pececillo, ¿dónde hay más de Antoine Renault? ]

Vía: Dondeestáhoudini