Ha sido un miércoles como a las cinco y a través de una agencia madrileña de noticias cuyo nombre no consigo recordar. Ahí es en donde ha planteado la necesidad de “coparticipar” ya en el Gobierno de Clavijo, un término cuidadosamente elegido para restarle connotaciones imperativas e invasivas. A Antona, que llevaba meses deshojando la margarita sobre su entrada en el Gobierno y al que los periodistas canarios sólo habían conseguido arrancarle ambigüedades, le han entrado ahora unas urgencias tremendas y exige que Clavijo responda a sus requerimientos en el plazo máximo de un mes. Pasado ese tiempo - dice - ya no le interesa el acuerdo.
“¿Este es el mismo PP cuyo único objetivo era darle estabilidad al Gobierno?”
¿Es éste el mismo PP que ha repetido como un mantra que su único objetivo es darle estabilidad al Gobierno? ¿Lo desestabilizará aliándose con el resto de la oposición si la respuesta de Clavijo es negativa? ¿Y en dónde ha quedado, de la noche a la mañana, aquello que decía Antona de que “en lo único que pensamos en estos momentos en el PP es en ganar las elecciones de 2019? ¿Qué ha pasado para que el objetivo ahora sea “coparticipar” en el Gobierno?
“Llamar torpes a tus futuros socios no parece la mejor manera de iniciar una larga amistad”
Lo que Antona no ha dicho de manera explícita es qué áreas de gobierno necesita el PP para "coparticipar" en la gestión eficaz y eficiente de esos recursos públicos. Otros lo han hecho por él y leyendo la lista uno se pregunta por qué no se ha pedido también la presidencia del Gobierno y hasta la jefatura del cuerpo de bedeles autonómicos. Pensando con un poco de espíritu maquiavélico, puede que lo que en el fondo busque el líder del PP sea poner el listón tan alto que ni un corredor de fondo como Clavijo lo podría saltar.
Esto le serviría para acallar a los que en el partido esperan que su líder aproveche la riada de millones para matar el gusanillo de poder que produce llevar casi siete años calentando bancos en la oposición. Además, la negativa del presidente tranquilizaría al sector que ve un grave riesgo político en embarcarse en el Gobierno cuando la legislatura empieza ya a declinar y cuando la estrategia más inteligente sería la de mantener la oposición firme pero responsable. Puede que detrás del órdago de Antona esté la necesidad de satisfacer a esos dos sectores del PP, aunque eso no implica necesariamente que Antona sea una especie de Maquiavelo macaronésico ya que ni siquiera tiene aires florentinos. Eso sí, un acusado ramalazo soriano es claramente identificable.