Si os gusta la música tanto como a nosotros habréis experimentado la sensación alguna vez: hay un grupo que nos gusta tanto, que no queremos que se disuelva bajo ningún concepto, a fin de poder disfrutar tanto de sus directos como de los estrenos que estén por llegar. En noviembre de 2013, los mallorquines Antònia Font anunciaban que ponían punto y final a sus años de andadura musical. La noticia nos aguó un poco la mañana, el día, el mes y el resto del año; pero en nuestros reproductores de música siempre tendremos sus melodías alegres cargadas de humor, fantasía y astronáutica que han caracterizado la trayectoria de este quinteto con nombre de mujer.
No son pocos los grupos que han optado por un sintagma que aluda al sexo femenino para denominar una banda de componentes masculinos (Love of Lesbian, Lori Meyers, La Sonrisa de Julia, Miss Caffeina, Maldita Nerea, La Caja de Pandora, Camila, Juana la Loca, por citar algunos ejemplos), y como ocurre la mayoría de las veces, detrás de un nombre hay una historia que contar. La de Antònia Font no es ni más peculiar ni menos original que otras, pero nos es muy próxima a nivel personal y tenemos ganas de darla a conocer.
El grupo debe su nombre a una capricornio nacida en enero en la misma isla de Mallorca. Sin sospechar la sorpresa que le tenía preparada el destino, la joven mallorquina se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UIB para estudiar Filología Catalana. El primer año de carrera conoció a Jaume Manresa (el teclista), quien estudiaba la misma licenciatura. En la optativa de Filosofía del Lenguaje coincidieron con Joan Miquel Oliver (guitarra y compositor). Los hermanos Debon (Pere y Pau) acontecieron batería y voz del grupo que estaba por nacer, y con Pere Estarellas en el bajo, el quinteto se completaba.
Lo de formar un grupo de música había surgido alguna vez en esas conversaciones que se tienen entre cervezas y pitillos en el emblemático claustro del Ramon Llull y, finalmente, un día sucedió. Pere Debon, en un encuentro a solas con la chica, le comunicaba que ya tenía fecha con los demás para el primer ensayo: el grupo estaba formado. Así y todo, no quiso desvelarle aún el nombre que se habían puesto cuando ella preguntó cómo se llamaban. Guiándose por ese refrán que dice “persevera y triunfarás”, Antònia no cesó de insistir hasta que se lo revelaron. ¿Os imagináis cuál sería el asombro de la chica al saber que su propio nombre había sido el elegido? Y esto sólo era el principio.
Han circulado varias teorías acerca del nombre y el por qué, cuestión a la que ellos mismos siempre han respondido que Antònia era una amiga de la universidad que los acompañó en el periodo de formación. La chica era una analfabeta musical —lo de analfabeta musical lo dice ella— y coger su nombre fue una manera de integrarla a la banda.
Antònia Font (la chica), siguió muy de cerca la trayectoria musical de sus amigos —que en pocos años lograron un número importante de seguidores tanto dentro como fuera de la isla— y también estuvo presente en el concierto que supuso el punto final de la banda, donde además de dedicarle S’univers és una festa; al término del espectáculo el quinteto y la propia chica subieron al escenario para despedirse del público de la mejor manera posible: juntos.
Nosotros seremos menos emotivos, pero también nos despedimos con el tema Viure sense tu, el mismo hit que eligieron ellos para poner fin a los conciertos que clausuraban su carrera musical (y si os gusta, ya sabéis, Spotify conserva cerca de un centenar de canciones de Antònia Font).
[PS. Debajo del vídeo encontraréis la letra original y, aunque el catalán es fácil, a la derecha veréis la traducción que nos hemos permitido el gusto de hacer.]
Viure sense tu
Vivir sin ti
Dolça besada
té gust a que s’acaba,
punt i principi
de viure sense tu.
Jo no sabia
que també me donaries
manuals de geografia,
cent dillunsos a un dibuix.
Jo què sabia
d’alens que se trobaven,
de cabells que s’embullaven,
de mans i de perfums.
Dolça besada
té gust a que s’acaba,
punt i principi
de viure sense tu.
Jo no sabia
que en sa nit me tastaries,
eren gustos que nedaven
entre boques i recons.
Jo no sabia
que després me mataria
sa teva mirada
que plora i diu que no.
I arriba un dia
que sa vida és un teatre
que se diu felicitat,
primavera i trinaranjus
amb qui més has estimat;
te regal sa meva vida
i sense tu ja no me val.
I s’horabaixa
la deixam passar i me mires
tan a prop que me fa mal,
que surt es sol i encara plou,
que t’estim massa
i massa poc,
que no sé com ho hem d’arreglar,
que som amics,
que som amants.
Dolça besada
té gust a que s’acaba,
punt i principi
de viure sense tu.
Dulce beso
con sabor a que se acaba,
punto y principio
de vivir sin ti.
Yo no sabía
que también me darías
manuales de geografía,
cien lunes en un dibujo.
Yo qué sabía
de alientos que se encontraban,
de cabellos que se enredaban,
de manos y de perfumes.
Dulce beso
con sabor a que se acaba,
punto y principio
de vivir sin ti.
Yo no sabía
que de noche me probarías,
eran gustos que nadaban
entre bocas y rincones.
Yo no sabía
que después me mataría
tu mirada
que llora y dice que no.
Y llega un día
que la vida es un teatro
llamado felicidad,
primavera y trinaranjus
con quien más has querido;
te regalo mi vida
y sin ti ya no me vale.
Y la tarde
la dejamos pasar y me miras
tan de cerca que me duele,
que sale el sol y todavía llueve,
que te quiero demasiado
y demasiado poco,
que no sé cómo lo tenemos que arreglar,
que somos amigos,
que somos amantes.
Dulce beso
con sabor a que se acaba,
punto y principio
de vivir sin ti.
Escrito por: Antònia Fontirroig