Antonio dijo: "Mirando hacia atrás no puedo menos que expresar la gratitud a Dios por todo lo que percibí, aprendí y descubrí en la acción pastoral de nuestra comunidad parroquial. Gratitud a la Orden Trinitaria por todos los medios que ofreció para que nuestra labor pudriera ser más positiva. Gratitud al pueblo de Algorta y particularmente a tantas personas, jóvenes y mayores, que sintonizaron con los planes pastorales o colaboraron responsablemente en los quehaceres de la comunidad parroquial.
Ya han pasado 25 años; son muchos; pero han sido intensos, benéficos y positivos. También ha habido dificultades, altibajos, crisis... pero en el fondo lo que prevalece en mi es la gratitud por todo lo que hemos recibido unos y otros, es decir, religiosos y seglares."
(La Comunidad de los Trinitarios se instaló en Algorta el 19 de Septiembre de 1890. La iglesia actual data de 1926)
Antonio recordó también anécdotas entrañables y simpáticas sobre las catequesis, preparación de las comuniones, las convivencias de verano con chicos y chicas de 10 a 15 años en diversos lugares, su conversación con un enfermo y pocos días antes de su muerte, de la misa viva de los niños los domingos a las 11.30h.
Y sobre lo que supuso la erección de la parroquia dijo:
"Personalmente entiendo que la erección de la Parroquia supuso un compromiso y un enriquecimiento. Por una parte compromiso porque nos debíamos a una feligresía a la que debíamos atender en todos los órdenes pastorales: evangelización, liturgia, catequesis, acción social, etc. Por otra parte enriquecimiento porque el encuentro y contacto con los laicos, la acción corresponsable de los mismos y las iniciativas que iban surgiendo fueron maduración para nuestras personas. Y, aunque en definitiva, es la acción del Espíritu la que transforma la vida de la comunidad, no cabe duda que dentro de nuestra pobreza, también pusimos nuestro granito de arena, hecho ilusión, ganas e interés."
Esta tarde la iglesia de la Stma. Trinidad de Algorta estaba repleta de amigos y conocidos de Antonio para despedirse de él en su funeral solemne oficiado por el Principal de los Padres Trinitarios, asistido por muchos trinitarios y sacerdotes, algunos venidos del sur.