Antonio de Juana

Publicado el 09 enero 2024 por Tomasalberich

IN MEMORIAM



Antonio de Juana Mínguez

La vida permanente destruccióny reconstrucciónEternidad de un instantereverberación del universo(Emilio Muñiz, mansedumbre de la piedra)

A finales de los años ochenta varias asociaciones culturales madrileñas creamos COACUM, Coordinadora de Asociaciones Culturales de Madrid región, como una forma de apoyo mutuo de pequeñas asociaciones barriales y de varios municipios, centradas en el fomento de actividades socioculturales y artísticas que dieran vida a nuestras comunidades vecinales y también para la búsqueda conjunta de más recursos. Se consiguió una subvención de la obra social de la Fundación Caja Madrid para el proyecto que denominamos Primavera Cultural de Madrid. Con el eslogan de Aire Libre a la Cultura consistía en que durante varios días, normalmente los tres días de un fin de semana, se realizaran actividades artísticas (musicales, exposiciones, plásticas) y culturales de todo tipo al aire libre, con una modesta feria de asociaciones para dar a conocer al vecindario lo que cada asociación realizaba y conocernos mutuamente. Realizamos la Primavera Cultural varios años, siempre en la segunda semana del mes de mayo.

Estábamos preparando estos proyectos cuando una mañana apareció por nuestra sede un joven Antonio de Juana, alto y un tanto forzudo, conocido de un amigo de otro amigo de la asociación federada de Vallecas, que quería presentarnos proyectos de actividades para la Primavera Cultural y en concreto lo que denominaba “Olimpiada No Competitiva”. Una serie de juegos deportivos inventados en varios países y de diversas procedencias que tenían como denominador común que se podía divertirse, esforzarse, luchar por hacerlo lo mejor, pero no se competía, no había ni ganadores ni perdedores. Ganaban todos los participantes.

La idea no competitiva gustó en la Coordinadora y Antonio, autopresentado como productor cultural autónomo bajo su carpeta con la marca empresarial de “Cíclope, proyectos culturales”, nombre con gracia que le hacía honor a su tamaño, Antonio, decía, comenzó a colaborar con COACUM.

Con esta imprevista visita conocí a Antonio y, poco a poco, se fue creando una amistad que ha durado casi cuatro décadas. Hasta que el pasado viernes nos ha dejado.

Si es difícil ser objetivo al hablar o escribir sobre un amigo que se va, es directamente imposible hacerlo si ese amigo ocupa una parte tan trascendental de tu vida. Se entiende que estas líneas solo presentan algunos rasgos biográficos, algunas vivencias y anécdotas vividas en estas cuatro décadas.

La Primavera Cultural que con tanto esfuerzo organizábamos ese puñado de asociaciones, dejó de existir cuando la Caja Madrid que conocíamos cambió y decidió no aportar ni una peseta a estos proyectos. También la revista de distribución gratuita que escribíamos y editábamos “El Nudo de la Red, revista cultural de movimientos sociales” no se pudo mantener al carecer de toda ayuda pública. En sus más de dos docenas de números editados varios artículos fueron firmados por Antonio. Se habló de artes diversas, de racismo, de marginación, de la droga en nuestros barrios y un sin fin de temas, y se recogían también resúmenes de los debates que organizábamos las asociaciones culturales.

Antonio era un autodidacta, muy aficionado a las nuevas tecnologías, con gran destreza para aprender el funcionamiento de lo nuevo y de todo lo que fuera innovación participativa. No había ido nunca a la Universidad, salvo para correr delante o detrás de los grises y, mucho tiempo después, a dar alguna charla sobre gestión y producción cultural.

En 1990 lanzamos la propuesta de realizar un primer “Congreso Internacional de Movimientos Sociales” (CIMS) a celebrar en 1992, el año de los fastos proyectos internacionales en España, coincidían Olimpiadas de Barcelona, Expo internacional en Sevilla y Madrid Capital Europea de la Cultura. En la organización del Congreso se consiguió sumar por primera vez a 18 entidades muy diferentes, culturales, juveniles, sindicatos, vecinales, ecologistas, cooperativistas, de acción social… -estatales la mayoría- y a un elenco de personas conocidas que participaron altruisticamente (John Galtung, Jose Luis Sampedro, Hebe de Bonafini -Madres de la Plaza de Mayo-, Tomás Villasante, Otto Wolf, Marc Nerfin, Coraggio...). Para la organización técnica se necesitaba un gerente o director. Las entidades pidieron currículos y solo se presentaron tres -el salario era escaso-, se eligió a Antonio. Realizó una actividad admirable y frenética, había que cuadrar hoteles, comidas, alojamientos varios, sede (CCOO), grupos de trabajo, con más de 200 asistentes. Recuerdo que fue una de las primeras personas a las que vi que, en 1991, iba a todas partes con su teléfono móvil. Móvil sí pero pesado como una enciclopedia de la época. Y solucionaba los problemas de logística del congreso con su ladrillophone a toda velocidad. Aún hubo tiempo para realizar en el madrileño parque del Retiro la teatralización de un espectáculo de lucha libre, entre el mexicano Superbarrio Gómez (genuino representante de las luchas barriales) y un banquero fiel de la especulación inmobiliaria, con un Antonio trajeado, enfundado en un precioso traje gris con el que daba el pego de perfecto broker.

Se movía en su salsa cuando había que organizar eventos, ferias o exposiciones. Un solucionador. Antonio era el que soluciona todo y que aparentemente no hace nada, directamente al menos, pero, como buen productor cultural, conocía a todo el mundo que podía solucionar lo que necesitaras. Desde un alquiler de sillas, una megafonía, un problema de accesibilidad o una visita guiada por Madrid. Y, en otros ámbitos, Antonio comentaba como para alguna expo alguien pedía en Madrid arena de playa o, en el último momento, un espejo de enormes dimensiones que se le había encaprichado al director del stand.

El CIMS realizó conferencias previas y se trató de mantener después de la celebración del Congreso propiamente dicho (nov.1992), se editaron los Cuadernos de la Red y se constituyó una amplia comisión de investigación, pero las entidades participantes perdieron interés en mantener una plataforma estable y unitaria de movimientos sociales tan diversos y se disolvió unos años después.

En los años noventa a Antonio no le faltaba trabajo por el gran número de actos, encuentros, ferias, etc. que se celebraban y en los que trabajaba, aún así en 1994 viaja a México y participa en Chiapas en la labor de mediación y de interposición civil de las conversaciones de paz entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN del subcomandante Marcos) y el gobierno mexicano. En 1995 colabora con la asociación Paz Ahora en los envíos de ayuda humanitaria a Bosnia.

En esta época traslada su residencia familiar a Collado Villalba y ahí tuvimos, otra vez juntos, una breve pero intensa colaboración en el municipio. En 1999 se había constituido un gobierno municipal más o menos de izquierdas (poca decía él), coalición de PSOE e IU. La Radio municipal la reivindicó Izquierda Unida para su gestión, dentro de una amplia área de Bienestar Social y Desarrollo Local, donde se planteó que se considerara a Radio Villalba como instrumento de dinamización social para el fomento del voluntariado y de la formación. Antonio entró a trabajar a media jornada, como cargo de confianza para coordinar las actividades de la radio. Labor que realizó durante apenas tres años pero durante los cuales consiguió que más de cien voluntarios-colaboradores de la radio realizaran altruistamente decenas de programas de todo tipo. Un verdadero motor de la cultura y la vida social local. Programas que abarcaban todas las ideologías presentes en los colectivos del municipio, realizados por mayores, jóvenes, personas con discapacidad, sobre poesía, cuentacuentos, desde aficionados taurinos a de protección animal, musicales, vecinos cristianos, comunistas, socialistas, alternativos, etc. Lo cual no impidió que el PP lo considerara su enemigo particular y llevara al pleno municipal diversas mociones y propuestas de cierre de semejante invento de agitación social. El acoso a Antonio de alguna prensa local (mercenarios de caciques y especuladores inmobiliarios) también aportó su granito de arena.

En 2003 ganó las elecciones el PSOE por mayoría absoluta y la Radio cambió radicalmente de orientación, no se renovó a Antonio como coordinador, y la emisora fue a menos hasta que, con la victoria del PP, cerró sus instalaciones dejando una miniemisora sin apenas programas.

https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/denuncias_de_los_lectores/Radio-Villalba-Carta-Agustin-Juarez/20120116020000064218.html

Antonio siguió con su actividad profesional, sobre todo la organización de stands de Andalucía en ferias en Portugal, Francia, Alemania… Y en 2008 en la feria internacional de Zaragoza, su último evento importante porque con la crisis económica que comenzó en ese año los eventos de este y todo tipo fueron a menos. Unos años después y con crisis matrimonial por medio decidió viajar a la India, país que siempre había admirado y no se porqué, no al país si no que admiraba a su gente, sus formas de vida y sus filosofías. Sufrió después una enfermedad muy grave con un fallo multinivel y de todo el sistema que se diría hora y que le llevó al borde de la muerte, permaneciendo más de un mes en coma, pero se recupera.

Decidió irse a vivir a un pueblo de Almería, a ensayar un modo de vida diferente, con pocos recursos, pocos gastos y pocas necesidades: “Vida simple pensamientos elevados” reza acertadamente en su perfil info. de WhatsApp.

En Almería da su último giro vital. Vive en una pequeña casa de alquiler, una zona tranquila, alejada del turismo. Teletrabaja creando páginas webs, blogs y algunas gestiones directas. Este mismo blog en el que escribo, a punto de cumplir una década, no habría sido posible sin la participación de Antonio y ya no será igual sin él.

En este pequeño pueblo Antonio también sigue con sus particulares activismos. Fomenta la afición de la astronáutica entre los escolares de la zona con un programa para infancia patrocinado por la Agencia Europea del Espacio. Al poco tiempo entra en contacto con una comunidad de seguidores de Krishna, que viven en una propiedad rural de varias hectáreas de la asociación religiosa de tradición hindú “Suddha Niryananda Vaisnava Parinava”, el nombre oficial donde se encuentra es “Jahnava Mandir Templo y Ashram”. La visita que realicé en 2022 la contaba en una entrada de este blog, un tanto irónica,

https://tomasalberich.blogspot.com/2022/09/dos-dias-en-el-ashram-de-villalba.html

En el ashram encuentra y nos cuenta que está con mayor tranquilidad de espíritu, más a gusto consigo mismo que antes. Es un paso más, otro nivel. Se integra en la nueva comunidad espiritual y se amolda rápidamente a una nueva forma de vida. Gran amante de la cocina, su otra gran pasión, se hace vegetariano.

Antonio siempre ha sido una persona radical, pero pragmático. Radical en muchos aspectos, y un tanto ácrata. Vivió intensamente la movida madrileña, la premovida sobre todo de final de los 70 y principios de los 80. Demasiado a tope según confesaba el mismo.

Siempre preocupado y atento con los quehaceres y sucesos internacionales. Viajante incansable, hasta el último momento (fallece en el ashram de la India, donde había acudido a ayudarles durante unos meses, después de un corto viaje a las islas Maldivas). Su radicalidad de pensamiento le lleva a apoyar, o al menos ver con simpatía, cualquier movimiento para un cambio profundo del sistema, pero su pragmatismo le lleva a lo concreto, a trabajar en la gestión bien hecha. La filosofía política está muy bien pero hay que comer todos los días y solo de las ideas no se vive. La producción cultural solo sirve si está bien hecha, si es de calidad. Con COAUM hicimos la Guía de Gestión de Asociaciones, de la que se realizaron múltiples ediciones. Y después una de nuestras labores en pareja fue realizar breves cursos de gestión para entidades no lucrativas. A pesar de tener estilos, verbo y formas comunicativas muy diferentes nos complementábamos bien.

Su fuerte carácter le llevaba a enfrentamientos por cosas nimias. Fuera una discusión de tráfico o marital. Curiosamente conmigo nunca. Yo las conocía por que él me las contaba. La amistad estaba por encima de todo. No recuerdo ni una sola discusión agria, sí muchas dulces o irónicas. En la última década, la paz que encontró con su nueva forma de vida la comunicaba y, decía, que nunca había estado tan pacífico, tan bien consigo mismo como ahora.

Es muy difícil escribir sobre una persona que te ha acompañado durante tantos años, décadas, que te ha acompañado en cada paso, incluso cuando no hables con él, aunque no le veas. Le tienes en el imaginario, en la mente. Piensas a cada paso: le contaré esto o aquello que estoy haciendo y me dirá esto o lo otro o me pondrá una cara que ya lo dice todo. Como a menudo pensamos de nuestras parejas o seres más queridos. Me dirá esto, me dirá que esto está mal. Que esto es horrible… o no que muy bien. El amigo al que sabes que le puedes contar cualquier cosa, por muy íntima que sea. Que opinará pero no te juzgará.

Nos hacemos mayores. Cada vez más, y cada vez más amigos de la generación de los “iguales” desaparecen. Van cayendo. Horriblemente. Entonces por primera vez entiendes cuando te cuentan que alguien perdió “las ganas de vivir” que para qué seguir viviendo. Piensas si merece la pena seguir viviendo cuando desaparecen tus iguales. Si te vas quedando en una generación de mínimos.

Entonces pienso en Antonio, siempre sonriente, siempre mirando hacia adelante, pensando en sus próximos proyectos y viajes.

Un ejemplo, para todos.

Un ejemplo que deja un gran vacío, un hueco en el alma imposible de rellenar, de cubrir, imposible de recuperar.

Tomás Alberich

[Se pueden leer más sobre su vida en su propio blog: https://eneasdejuana.blogspot.com/]