Siempre he pensado que los músicos son, a su manera, un poco como los restauradores (siempre refiriéndonos a los buenos en ambos casos, claro): hacen las cosas con cariño, buscan la emoción y cada equis tiempo, te ofrecen algo diferente en su carta. Mientras algunos, sólo te ofrecen croquetas siempre (y, ojo, que pueden ser exquisitas), otros ofertan un menú de lo más pensado.
Antony Hegarthy es, sin duda, un músico muy peculiar, con alma de nutricionista. En ‘su Bulli’, parece haber tomado por norma acompañar siempre a los platos principales de un entremés, que en su caso es un Ep previo a los álbumes que va publicando y que sirve, como mandan los cánones, para abrir el apetito y dejarnos babeando con ganas de más.
Thank you for your love es un pequeño bocado agridulce en el que se conjugan sabores nuevos (maravillosos tres primeros cortes) con clásicos, ofreciendo una visión renovada, fresca y sorprendentemente diferente en los dos covers que contiene. Un maridaje excelente. Y un Imagine delicioso, rehuyendo los lugares comunes en los que tantas y tantas versiones han caído.
Swanlights es el plato principal, pero con mayúsculas. Si has pasado anteriormente por su restaurante, estarás acostumbrado a su hipermelancolía, a la amargura, a cierto retrogusto tras la ingesta. El santo y seña de su ‘cocina’. Es por ello que Swanlights no sorprende, pero sí embelesa. Sigo percibiendo en Antony un ligero progreso hacia cierta luminosidad y optimismo (siempre moderados; hablamos de quién hablamos) desde I am a bird now, que era mucho más triste y bastante más oscuro. Everything is new, Ghost o I’m in love son descarados coqueteos con el pop, siempre con cierto aire de tragedia griega. En la segunda mitad del disco, encontramos a un Antony más fiel a su legado, poniendo un piano crepuscular, delicadas secciones de cuerda y su registro vocal más lastimero al servicio de sus canciones. Cabe destacar también la aportación de Björk, una Carme Ruscadella en toda regla, en Fletta.
No sé tú, pero yo he reservado mesa en el Bulli para dentro de dos años. Por lo que pueda pasar. Mientras tanto, dejadme comer tranquilo. Gracias.