This is not Spinal Tap
En esta primera década del 2000, el documental musical ha tenido un auge bastante espectacular y con una alta calidad. El director inglés Julien Temple ha realizado tres: Glastonbury (2000), sobre un Festival de Música Pop-Rock, La mugre y la furia, (2001), sobre los Sex Pistols, y Joe Strummer: Vida y muerte de un cantante (2007), sobre el fallecido líder de The Clash. Pero ha habido otros documentales destacados, como: Dig! (2004), de Ondi Timoner, sobre los grupos The Brian Jonestown Massacre y The Dandy Warhols, consiguiendo el Premio Especial del Jurado del Festival de Sundance; Metallica: Some Kind of Monster (2004), de Joe Berlinger y Bruce Sinofsky; The Devil & Daniel Johnston (2005), de Jeff Feuerzeig; Los Estados Unidos contra John Lennon (2006), de David Leaf y John Scheinfeld; y Shine a Light (2008), de Martin Scorsese, sobre The Rolling Stones.
Ahora le toca al aclamado documental Anvil - El sueño de una banda de rock (2008), de Sacha Gervasi, para narrar la inexplicable desaparación de una banda canadiense de heavy metal que influyó a otros grupos tan conocidos como Metallica, Slayer, Megadeth o Anthrax. Y es que, a diferencia de estos, la banda de Anvil no pudo mantenerse a flote debido a la mala suerte de no tener detrás a un buen mánager ni a una buena compañía discográfica.
En los primeros minutos del film se presenta a la banda con unas cuantas opiniones de componentes de grupos ya mencionados como Metallica, Anthrax, Slayer, o hasta Slash de los Guns 'N' Roses, coincidiendo todos ellos en que Anvil les dejó maravillados. Querían parecerse a ellos y a todos les sorprendió su rápida desaparición del mapa. El documental es un seguimiento de la vida actual de los dos únicos componentes de la banda original, el cantante Steve "Lips" Kudlow y el batería Robb Reiner, que después de más de 30 años estando juntos siguen ensayando con las mismas ganas, sin dejar de soñar en que algún día serán estrellas del rock. Pero en la película hay momentos muy duros en los que los dos amigos se echan en cara bastantes cosas, debido al estrés acumulado durante tanto tiempo por conseguir el sueño de sus vidas.
Sacha Gervasi es el autor de la película, un amigo de la banda cuyo primer contacto mutuo fue cuando Gervasi tenía sólo 16 años, ya que Anvil le ofreció, por ser un fan acérrimo, ocuparse del stand de merchandising de toda una gira. Para la realización del documental, Gervasi se dedicó a filmar algunos shows de la banda durante el 2005 y el 2006, entrevistando también a familiares de Lips y Robb, utilizando además algunas imágenes de ellos durante su adolescencia. En varias escenas se ve la relación fraternal que tienen, aunque frecuentemente tienen serias discusiones que les hacen pensar si están haciendo lo correcto o de verdad es una pérdida de tiempo. Y Gervasi acierta al montar coherentemente la película mezclando entrevistas, ensayos y conciertos, logrando que te interese la vitalidad de estos dos tipos aunque guste o no el tipo de música que toquen. Por eso, la película ha logrado varios premios, recibiendo muy buenas críticas desde que se estrenó en el festival de Sundance. Y es inevitable que su historia recuerde a la película de culto de 1984, This is Spinal Tap, de Rob Reiner, aunque esta era un falso documental sobre una banda de rock.
Anvil - El sueño de una banda de rock es un verdadero estudio de la lucha por una ilusión, algo que se intenta alcanzar por todos los medios, aunque parezca imposible. Desde que conoces el tipo de vida que llevan tanto Lips como Robb, trabajando en cosas que no tienen nada que ver con su música, te das cuenta de la necesidad que tienen de seguir creando temas para intentar ser felices. Su tenacidad hace que quieran sacar su álbum número 13, que lleva por título "Este es el 13". Pero para entender mejor la mala suerte que tiene la banda son impagables todas las secuencias del tour que hacen por Europa con una especie de mánager, bastante poco experta, llamada Tiziana Arrigoni, novia del otro guitarrista de la banda. A la vuelta de varios conciertos pierden los trenes o los encuentran llenos, siendo el único medio que tenían para que les llevara al hotel. En algunos sitios donde tocan ni les pagan, como en un bar de Praga, donde Lips se cabrea muy seriamente con el dueño; en otros acuden menos de diez personas. Pero el caso más bochornoso ocurre al final del tour, en un festival llamado Monsters of Transylvania, donde según Tiziana van a acudir entre 5.000 o 10.000 personas. Al final asisten a su concierto 174 fans.
"Un buen documental que no sólo va dirigido a amantes del heavy metal; la historia de Anvil es una lucha constante por algo que uno cree posible, aunque sea después de 30 años"
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