Anyone's Daughter es una banda alemana de rock progresivo fundada en 1972, que empezó tocando versiones de Deep Purple. Precisamente uno de los temas de los británicos, incluido en su Lp "Fireball" (1971), acabó dando nombre a este grupo germano. Aunque disponen de varios álbumes, incluso han anunciado el lanzamiento de un nuevo trabajo, su disco más representativo, y tal vez el mejor para la mayoría de críticos y aficionados, fue el primero: " Adonis", publicado en 1979 tras reestructurar la formación sucesivas veces. Este disco está dedicado al dios griego más hermoso de cuantos existían en el Olimpo; hijo de un amor incestuoso, logró cautivar a diosas como Perséfone o Afrodita; murió destrozado por un jabalí, tal vez enviado por Artemisa en un ajuste de cuentas con Afrodita, aunque otras versiones mitológicas señalan que fue Ares, el celoso amante de Afrodita, transformado en fiero jabalí. "Adonis" es un interesantísimo trabajo de rock sinfónico en el que se aprecian influencias de grupos como Camel, Eloy o Genesis -véase, sin ir más lejos, el comienzo del tema protagonista de esta entrada-; está compuesto de cuatro temas: " Blue House", " Sally", " Anyone's Daughter " y la suite con la que se inicia este disco, "Adonis", de unos veinticuatro minutos de duración y dividida en cuatro movimientos. En esta pieza destacan la guitarra y los teclados, que se alternan para construir, junto con la omnipresente melodía cantada, este bello tema de rock sinfónico lleno de matices, cambios y de impecable ejecución. En el primer movimiento, titulado "Come Away", predominan los tonos melódicos, siempre conducidos por el relato vocal, la guitarra y el órgano, y finaliza con unos relajantes efectos de sonidos marinos envueltos en un delicado desarrollo de batería; el segundo movimiento, "The Disguise" (7′ 48") se torna más enérgico, con mayor protagonismo instrumental y menor presencia vocal; la parte denominada "Adonis" (11′ 15") recupera la suavidad característica de esta suite, esta vez arropada por elementos folk y por la presencia de guitarra y teclados que, alternándose en el protagonismo, nos regalan uno de los mejores momentos de este tema; y finalizamos con "Epitaph", a partir del minuto 19′ 04", donde se incrementa el tono épico gracias al piano y, sobre todo, la guitarra eléctrica de Uwe Karpa que recuerda, por su gusto y sensibilidad, a la de grandes músicos como David Gilmour o Andy Latimer.