Lo bonito del crossfit es que podemos ver personas de diferentes edades y sexos ejecutando el mismo entrenamiento con la misma pasión y ganas. Se puede ver un montón de formas diferentes de afrontar un wod siendo la misma clase y los mismos ejercicios. Se diferencian una cantidad inmensa de cuerpos diferentes en cualquiera de los boxes que visitamos: gordos, delgados, musculosos, altos, bajos…
La diferencia de altura es producida por la parte ósea de nuestro cuerpo y por la parte de anchura también, ya que hay muchas personas de “huesos anchos” jajajaja
Una vez iniciado el aprendizaje y comprensión de nuestro cuerpo con unas pequeñas lecciones de anatomía básica, en el artículo anterior fueron los músculos, ahora toca ver la parte inactiva de nuestro aparato locomotor o lo que es igual, los huesos.
Funciones
El Tejido óseo forma la mayor parte del esqueleto y tiene como funciones principales dar soporte estructural y protección entre otras cosas. Los huesos son estructuras fuertes a la par que ligeros, permitiendo soportar grandes fuerzas sin ser un problema. A pesar de ser el elemento pasivo del aparato locomotor, el hueso es un tejido dinámico que va reforzándose a lo largo de la vida. Sus funciones básicas son:
- Estructural
Dan consistencia a nuestro cuerpo a modo de soporte, como las vigas de un edificio. - Protección
Cubren a los órganos vitales de agresiones externas, golpes y traumatismos, por ejemplo el cráneo protege el cerebro. - Movimiento
Aunque los huesos forman parte del elemento pasivo del aparato locomotor, por sí solos no generan movimiento, pero la unión de los huesos generan articulaciones, formando palancas las cuales son movidas por músculos. - Homeostasis mineral
El tejido óseo almacena minerales esenciales en múltiples procesos, y los libera en la sangre cuando sus niveles son cruciales. - Función hematopoyética
Es la formación de células sanguíneas. - Almacenamiento energético
La médula amarilla está compuesta fundamentalmente por adipocitos (células de grasa), importantes en los procesos energéticos de nuestro organismo.
Tipos de huesos
El sistema óseo cuenta con un gran número de huesos de diferentes tamaños y formas, contamos con un total de 206 de ellos. Aunque es una gran cantidad, los distinguimos en 3 grandes grupos: largos, planos y cortos
- Largos: predomina su longitud. Podemos encontrarlos sobre todo en las extremidades. Ejemplos: húmero y fémur
- Planos: tienen aspecto aplanado, como la escápula o algunos huesos del cráneo
- Cortos: no necesariamente tienen que ser pequeños, como lo demuestran las vértebras. Otros huesos representativos de este grupo son los carpos y los tarsos.
Estructura
Para comprender el funcionamiento interno de la mayoría de los huesos, vamos a explicar cómo funcionan los huesos largos y su estructura básica.
La característica principal de estos huesos es su longitud, y eso es debido a la diáfisis, o lo que es lo mismo, cuerpo o parte central. Los extremos, los cuales crean las articulaciones, se llaman epífisis. A su vez están recubiertos por cartílago articular cuya función es reducir la fricción de los huesos y absorber los impactos durante el movimiento. La pequeña región que separa los extremos (epífisis) del tallo (diáfisis) se la conoce como metáfisis y es por donde crece el hueso (de altura) cuando aún no ha acabado de osificarse. También podemos encontrar el foramen nutricio, un pequeño orificio por el que entran las arterias nutricias, que tienen como función alimentar el hueso.
Si le damos un corte perpendicular a unos de estos huesos, se puede observar que están cubiertos por dos membranas y que el hueso no es macizo en su totalidad, sino que está hueco por dentro y se llama cavidad medular.
La capa externa de los huesos largos es conocida por todos, es el periostio. Esta membrana de tejido conjuntivo que recubre el hueso hasta la parte cartilaginosa de los extremos, da soporte a los vasos sanguíneos, linfáticos y nervios que pasan al hueso. La capa interna que cubre la cavidad medular se llama endostio, se caracteriza por tener células osteoprogenitoras y también contiene vasos y células óseas imprescindibles para la nutrición, reparación y crecimiento del hueso.
Células óseas
La matriz ósea está formada por un 25% de agua, 25% de proteínas y un 50% de sales minerales. En ella encontramos cuatro tipos de células las cuales interactúan en procesos químicos del hueso:
Las células osteoprogenitoras, precursoras de células óseas; osteoblastos, son las células que formarán el hueso; los osteocitos son células óseas maduras derivadas de los osteoblastos; y los osteoclastos intervienen en la degradación y reabsorción del hueso.
Tipos de tejidos óseos
Ya para terminar de explicar cómo funciona nuestro aparato locomotor, tanto los músculos como ahora los huesos, solo queda por conocer los dos tipos de tejidos óseos que componen nuestro cuerpo: tejido óseo compacto y tejido óseo esponjoso.
- Tejido óseo compacto:
Forma la capa más externa de los huesos y la diáfisis de los huesos largos. Este tipo de tejido es especialmente resistente a las fuerzas de compresión, como el peso corporal y las tensiones creadas por el movimiento - Tejido óseo esponjoso:
Se caracteriza por la trabéculas, donde se encuentra la médula ósea roja. Forma en su mayor parte, los huesos cortos y planos, y solo las epífisis de los huesos largos.