Foto: http://leschroniquesculturelles.com/
Sucedió durante la semana que termina en la región Aquitaine, al sur de Francia. La bloguera Caroline Doudet fue ordenada por un juez local a pagar daños por una suma de USD 3.400 y ha cambiar el título del artículo. Ella decidió borrarlo definitivamente.
El supuesto daño fu ocasionado al propietario del restaurante iI Giordano. Todo debido a que el post de Doudet causó injustamente daño y fue escrito en su blog sobre modas y literatura, Cultur’elle
En cumplimiento de la orden judicial, el original del post ya no existe, pero si está en el negocio de los blogs puede traducirlo desde aquí: El lugar a evitar en Cap-Ferret: Il Giardino (L’endroit à éviter au Cap-Ferret : Il Giardino)
Doudet relata el pésimo servicio que se encontró de una forma más que negativa, humorística. Algo que no era muy difícil encontrar en la red con una simple búsqueda. Ahí se señala con claridad las deficiencias que la bloguera encontró en dicho restaurant, y los propietarios en lugar de corregir y aprovechar el buen posicionamiento en Google de la nota, optaron por demandar frente a un juez que posiblemente no conocía las tecnicalidades del tema según lo cita la BBC News.
En los EE.UU., no habría ninguna demanda contra la bloguera porque la revisión caería en lo que aquí se conoce como la Primera Enmienda. El post de Caroline Doudet, por nuestra experiencia es muy consistente con otras reseñas críticas en TripAdvisor. La página del restaurant en G+ ha sido eliminada.
En Francia un juez puede emitir una orden de emergencia para obligar a que una persona cese en actividades que la autoridad cree causan daño a la otra persona en disputa. Esta es una de las razones que la bloguera no tuvo tiempo para apelar pero tampoco quiso continuar la angustia que le había causado tal demanda legal.
Veamos el contexto desde dos puntos de vista: 1) La falta de tacto para utilizar las cortes para frenar las revisiones negativas de un negocio; y, 2) la fuerte intención de las cortes en Europa para respaldar la censura a específicos resultados en Google, sean ciertos o no.
En el primer caso, ya que el servicio es mediocre y supongo la comida también, la publicidad a nivel mundial que el caso ha ganado no le hace ningún favor al restaurante. Su reputación seguramente no ha escogido el norte. Y en el segundo, la decisión judicial no tiene precedentes. Los comentarios en torno a iI Giordano no son difamatorios y tampoco están respaldados por otros comentarios de ususarios en la red. Más bien es consistente con varios de ellos.
Es un precedente para otras cortes y para otros blogueros que debemos seguir con cuidado, pero la conclusión final de Doudet es lapidaria en términos de Relaciones Públicas y Social Media:
“Si los bloggers no tienen la libertad de escribir críticas negativas, las críticas positivas tampoco tienen sentido.”