Ape rotoma

Por Acalvogalan



Mencionado por:Raúl Sánchez
Menciona a:Pedro AndreuPablo G. BaoManuel del Barrio DonaireAmalia BautistaFelipe Benítez ReyesAlexandre CrespoCarlos de la CruzLuis Alberto de CuencaRamón EderVerónica García GarcíaPablo GavilánFermín HerederoKarmelo C. IribarrenJon JuaristiJavier KraheJuan C. López CantosJorge M MolineroAna Pérez CañamaresBerta PiñánRaúl SánchezRafael SarmenteroRoger Wolfe
Ape Rotoma (José Alberto Rodríguez Tobes) nació en Aranda de Duero (Burgos) en 1967, lo que en efecto significa que no es precisamente un chaval. Desde entonces, ha hecho un poco de todo y un mucho de nada. En 2002, la Tertulia Literaria Ribereña y Arandina (Telira) edita “149 PCE (Algunos de los poemillas pergeñados entre 1987 y 1998)”, trescientos ejemplares de los que no queda ni rastro. Colecciona libros de poesía, clásicos griegos y romanos, novelas de ciencia ficción, ensayos sobre cine, psicoanálisis, drogas y otras rarezas.


Renglones cortitos (poética)
     A Luna Lesclauze-Álamo
Mira, Luna,
un buen poema
debe decir
muchas cosas
en renglones muy cortitos
y además debe
dejar espacio en la página
suficiente
y aún de sobra
para todas esas cosas
que no dice.
inédito, 2011


 Poemas





Hace años

Hace años, siendo yo un indudable adolescente,
y no sólo mitad y mitad, como ahora mismo,
las espinillas se cebaban con mi cara.
Eran muchas, las cabronas, y salían por todas partes.
Para librarme de ellas bastaba con aplastarlas
entre índice y pulgar, me lavaba y a otra cosa.
Ahora me salen muy pocas pero escogen el lugar
con mucho mayor cuidado. Tras la oreja, junto al pelo
o en las distintas covachas de que está compuesto el rostro.
Es decir, donde no hay forma de atacarlas, donde,
por más que lo intentes, no puedes meter dos dedos.
Lo peor es que me temo que esto es sólo una metáfora
de todo lo que ha pasado desde que dejé de ser
adolescente indudable, de absolutamente todo.

("149 PCE", 2002)






Los de la limpieza II

Sara entra en la nave vacía
en la que creo estar solo
y silba.

Un silbido atronador
que llena la inmensa sala
y hace huir despavoridos
a cuatro de esos gorriones que se cuelan siempre
por las ventanas abiertas
para cagar en los sitios más inverosímiles.

Naturalmente
me sobresalto
de forma algo teatral
lo que a la buena de Sara
desconcierta.

-Pero si he chiflado
para que no te asustarías…
(sic, sic)

¿Desde cuándo, Dios mío,
desde cuándo
un sonido
repentino
y estridente
sirve para no asustar?

inédito, 2008








A ellos

Me gustan los camellos silenciosos y cautos,
los que no se apresuran, los que cumplen los ritos,
los que te reconocen pero sin aspavientos
ni sonrisas forzadas ni familiaridades,
que no se hacen los duros ni los necesitados,
que no esperan de ti complicidad ni nada
que no sea el precio exacto, el actual del mercado,
y que hablan del producto lo justo, nunca menos,
y te dicen a veces: lo que hoy tengo es muy malo.
En resumidas cuentas, en esto como en todo,
dadme un profesional.

inédito, 2011