1. Deja tu hijo ser un niño.
2. Tómalo en serio.
3. Consuélalo cuando llore. Siempre.
4. Respeta los tiempos de tus hijos, todos somos diferentes.
5. Escucha tu corazón y no te dejes influir por otros.
6. No le digas que algo no es grave cuando llora.
7. Deja a tu hijo tocar la hierba, andar descalzo, saltar en los charcos.
8. Déjalo escalar los árboles.
9. Baja a su altura y mira el mundo desde esa perspectiva.
10. Ríe con él.
11. Léele.
12. Éscuchale.
13. Déjale dormir contigo si te lo pide.
14. Baila con él.
15. Haced música.
16. Si tienes un mal día sé sincero y háblale.
17. Intenta preservar la magia todo lo que puedas: los reyes, el ratoncito Pérez…
18. Deja que sueñe.
19. Sé siempre sincero.
20. Despídete siempre antes de irte.
21. Di por favor y gracias a tus hijos.
22. Preparad la comida juntos.
23. Cantad.
24. Ríete de sus bromas.
25. Dile lo que te molesta y él a ti.
26. Pídele perdón cuando te equivoques.
27. Cógele en brazos y dale un beso, así sin más.
28. Dile que ha sido un buen día con él, que te ha hecho pasar un buen momento.
29. Jugad juntos.
30. Cúentale tus sueños, tus anhelos.
En definitiva, quiérele, bésale, escúchale, pídele perdón, trátalo como un ser humano, como el ser humano más especial del mundo. Seguramente después pase algo mágico y él te trate a ti como el mejor padre o madre del mundo.
Porque la magia existe.