Apenas arrancado el partido, se notó una intensa presión de parte de ambos equipos, y sobre todo de Boca, quien en tan solo tres minutos ya tenía dos jugadores amonestados. El partido se jugaba por las bandas, y esto posibilitó que a los 5 minutos, Monzón ingresara por el medio del campo solo y disparara desde tres cuartos de cancha, estrellando el zurdazo en el travesaño. Boca avisaba, Quilmes esperaba en su cancha.
El partido era muy dinámico, ambos conjuntos trasladaban bien la pelota y buscaban el arco rival, aunque Quilmes estaba muy metido atrás y esperaba a un Boca que, de la mano del Pochi Chávez (cumpliendo correctamente la función de conductor), llegaba mucho. A los 12 minutos, un tiro libre ejecutado por Monzón desde la banda izquierda terminó con un remate de Cellay desde abajo del arco, el cual increíblemente se fue por arriba del travesaño. Cinco minutos después, el Pochi recibió un buen pase de Monzón tras una corrida por la banda derecha, y disparó dentro del área de Quilmes, pero Galíndez desvió correctamente la pelota. Dos minutos después, Palermo cabeceó una pelota que se fue por arriba del ángulo derecho de Galíndez.
Boca atacaba mucho, y Quilmes se cuidaba poco, apenas avisando con algún disparo flojo a media distancia. El partido estaba claramente manejado por Boca, a través de la conducción del Pochi, quien se complementó perfectamente con Monzón para dirigir el ataque Xeneize. Cerca de los 30 minutos Garnier tuvo una buena chance con un disparo lejano pero la pelota rebotó en Ruiz.
A los 31, Palermo bajó un centro largo con el pecho y la pelota le quedó servida a Araujo, quien lanzó un disparo muy potente pero Galíndez nuevamente lo desviaba, transformándose de a poco en la figura del conjunto cervecero. Tres minutos antes de que muera el primer tiempo, Araujo tuvo una nueva posibilidad ante Galíndez, pero el arquero nuevamente logró rechazar el remate del pibe de Boca. Así se terminaba el primer tiempo, con un amplio dominio Xeneize y un Quilmes muy metido atrás y sin actitud.
Quilmes salió al segundo tiempo demostrando una leve mejoría en el dominio de la pelota, pero igualmente seguía sin sorprender al conjunto xeneize. A los 54 minutos, Araujo se aprovechó de una mala salida de Galíndez y pudo cabecear solo frente al arco, pero la pelota se marchó hacia fuera. Dos minutos mas tarde, Quilmes tuvo una buena oportunidad cuando J. J. Moralez se iba solo de cara al arco del local pero Cellay alcanzó a arrebatarle la pelota y tranquilizó al fondo de Boca.
El ingreso de Caneo por Raymonda le aportó mayor dinamismo al ataque cervecero, y a la vez Garnier servía como conductor por la banda derecha para el conjunto visitante. Más alla de estas pequeñas mejorías, Quilmes seguía siendo atacado por Boca. A los 65 un disparo de Matias Gimenez se marchó apenas arriba del travesaño.
Boca merecía el gol, y finalmente lo consiguió a los 72 minutos. Palermo habilitó al chileno Medel, quien intentó definir ante Galíndez aunque sin éxito. De todas formas, el arquero dio un rebote largo que le cayó justo a Erbes, y el 22 xeneize disparó al medio del arco consiguiendo la ventaja. El partido se moría, y Boca controlaba con tranquilidad los minutos finales. Hubo un disparo de Araujo y uno de Mouche que pudieron aumentar la ventaja, pero se encontraron con las manos de Galíndez.
Boca ganó, y esto le trajo tranquilidad al pueblo Xeneize y a Tito Pompei, ya que no solo se quedó con los 3 puntos sino que mostró un buen juego. Monzón fue la figura del conjunto de Boca, aportando al ataque con subidas sorpresivas y disparos potentes, y raspando cuando le tocó raspar.
Eso fue Quilmes para Boca. Más allá de la levantada que venía protagonizando, el conjunto cervecero fue pura espuma para un Boca que salió decidido a quedarse con los tres puntos desde el comienzo.