Así si. Así da gusto. Así no hay freno que valga. Cómo decirle al hincha de River que recién van tres fechas y que el equipo de a poco está apareciendo. Cómo no dejarlo que sueñe con lo máximo, si hace mucho que el pueblo Riverplatense va de miseria en miseria.
El equipo de Cappa llegaba con puntaje ideal al encuentro de esta tarde frente al Independiente de Garnero. La ausencia de Ortega por expulsión se presentaba como un gran inconveniente para River, por lo que todas las expectativas estaban puestas en Lanzini, su reemplazante. Los de Núñez tomaron la iniciativa y dominaron el primer tiempo a su gusto con un Funes Mori enchufado, la dupla Buonanotte-Lanzini encendida y un Almeyda notable. La primer conquista llegó a los 9 minutos de la mano de Funes Mori, luego de un tiro mordido de Maidana. El Rojo no era preciso y le costaba llegar al arco defendido por Carrizo. Sin embargo a los 17, Mareque recuperó una pelota en la mitad de la cancha y con un pase exquisito dejó solo a Silvera, para que éste definiera con muchísima categoría.
La alegría le duró poquísimo a Independiente, ya que un minuto más tarde, Lanzini recibió en la puerta del área y habilitó a Funes Mori (en posición adelantada) que estableció el 2-1. Al rato, el local siguió demostrando su superioridad cuando Lanzini condujo y asistió a Ferrari para que el lateral derecho convirtiera el tercero. River manejó la pelota hasta el descanso y sólo evidenció algunos errores defensivos que deberán ser corregidos si quiere pelear el torneo.
En el complemento River se quedó. Habrá sido el cansancio, relajación por la ventaja que llevaba hasta el momento u otra causa que desconocemos. Siempre intentó ser prolijo con el balón, aunque la imprecisión fue mucha. Independiente apretó con más actitud que fútbol, pero llegar al arco rival con claridad parecía una utopía. Pacheco tuvo una chance clarísima a los 8 y la desperdició y los de Avellaneda no crearon peligro hasta los últimos minutos del juego. A los 44, después de un centro desde la banda derecha, Mancuello cabeceó al palo, la pelota rebotó en la cara de Carrizo y se coló en su arco. Al final casi lo empata el Rojo con un tiro de Silvera que sacó estupendamente el arquero Riverplatense. Sufrió sobre el final, pero River ganó merecidamente.
Igual que contra Huracán, River disputó un primer tiempo excelente, mientras que en los segundos 45 minutos su rendimiento mermó. Cappa debe encontrar una cierta regularidad para no terminar los partidos de manera angustiosa. También debe enmendar algunos desacoples defensivos, pero en líneas generales el equipo está respondiendo. Cómo le decimos a un fanático de River que no se ilusione. Como se extrañaba esa esperanza en las tribunas del Monumental.